La enfermedad hemorrágica vírica del conejo tipo 2 fue detectada por primera vez en Francia en 2010. No representa un peligro para los humanos, pero mata al 90 % de los conejos, liebres y algunos otros animales.
Miles de conejos salvajes y domésticos de varios estados de EE.UU. y México murieron tras contraer la enfermedad hemorrágica vírica del conejo tipo 2, o RHDV2, por sus siglas en inglés.
«Alguien los vio sufriendo espasmos y gritando. Intentamos hacerles la reanimación cardiopulmonar, pero los conejos murieron en cuestión de minutos. Se convulsionaban, gritaban horriblemente y morían», dijo a The Cut la veterinaria Lorelei D’Avolio, del Centro de Medicina Aviar y Exótica de Nueva York.
El virus, cuyo período de incubación dura cerca de tres días, casi no provoca síntomas, y solo reduce el apetito y la energía en parte de los animales. Sin embargo, durante ese periodo ataca las células del hígado del conejo contagiado, causando hepatitis. Además, lesiona otros órganos, como el corazón y los pulmones, y causa la subsiguiente hemorragia interna.
Como resultado, cerca del 90 % de los conejos mueren, precisa el Departamento de Agricultura de California. Los demás se convierten en ‘bombas biológicas’, conservando la capacidad de transmitir el virus durante dos meses.
«Nos referimos a ella como ‘el ébola de los conejos», describe la infección la veterinaria Amanda Jones, de Killeen (Texas).
Desde abril, el Departamento de Agricultura de EE.UU. registró el virus en Arizona, California, Colorado, Nevada, Nuevo México, Utah y Texas. Asimismo, más de 100 casos se han detectados en siete entidades del norte de México, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del país (Sader). Se trata de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Sonora y Zacatecas.
Previamente, la RHDV2 se detectó en EE.UU. en tres ocasiones, pero esta es la primera que afecta no solo a mascotas, sino también a conejos, picas y liebres salvajes.
En un comentario a VIN News, Eric Stewart, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Criadores de Conejos, calificó como «preocupante» la extensión geográfica del actual brote. «Escuchar que se está propagando a través de las poblaciones de conejos salvajes […] fomenta nuestras preocupaciones mucho más», resaltó.
Al igual que la RHDV de tipo 1, descubierta por primera vez en China en 1984, la RHDV2 es un virus ARN sin cubierta de alrededor de 30 nanómetros de diámetro. Fue detectado por primera vez en Francia, en 2010.
Según el Departamento de Agricultura estadounidense, la RHDV2 se trasmite por vía oral, nasal y parenteral (este último término incluye cualquier vía excepto la digestiva). Prefiere la alcalinidad y puede sobrevivir en medios con un pH de entre 3 y 12. Se ha confirmado que puede permanecer durante 90 días en el cuerpo de un animal en la naturaleza y hasta 105 días, en estado seco, en tejido a temperatura ambiente.
A diferencia de la RHDV1, «es mucho más persistente», advierte D’Avolio. «Es mucho más infecciosa que el covid-19. […] Es resistente a temperaturas extremas y puede ser transmitida por insectos y cadáveres. Puede propagarse por el agua y mediante los zapatos», explica.
En cuanto a la procedencia de la RHDV2, algunos investigadores suponen que evolucionó de la RHDV1 y otros creen que se trata de dos virus de origen independiente.
La infección no es peligrosa para los humanos ni otros animales excepto los conejos y sus parientes más cercanos
«Es exclusiva, principalmente, de liebres y conejos […], aunque puede infectar a animales no lagomorfos, como las picas […], capibaras y la mara patagónica», señala la Sader.
No obstante, puede acabar con un gran número de mascotas y dañar la economía, amenazando con aniquilar las poblaciones de granjas de conejos contagiadas.
«Había un tipo que tenía 200 conejos y los perdió todos entre un viernes por la tarde y un domingo por la noche. [La RHDV2] simplemente pasó y los mató a todos», recuerda el veterinario Ralph Zimmerman, de Nuevo México.
La enorme mortalidad del virus ya resultó en la introducción de una política de despoblación en Nuevo México, que establece que, si en la granja o vivienda se detecta un animal enfermo, debe ser sacrificado junto con los demás.
Existen dos vacunas contra la RHDV2, una española y otra francesa, pero como en EE.UU. la infección está calificada como «enfermedad extranjera», la adquisición de esos fármacos se ve dificultada por los trámites burocráticos. Se espera que a finales de año estará lista una vacuna estadounidense.