GOROSITO TANCO ERA UN HECHICERO DEL POEMA

El colombiano Agustín Rodríguez Garavito, fue un intelectual muy importante en su país, destacó de manera extraordinaria en la literatura y el periodismo, llegando a ser director de la Biblioteca Nacional de la República de Colombia. Ese hombre que dedicó su vida a la cultura la definía como: “La cual es una confrontación y una mirada a la verdad del mundo”.

A continuación transcribiré un comentario de su autoría sobre su amigo, el escritor uruguayo José Gorosito Tanco publicado en 1959.

“La poesía de José Gorosito Tanco es el producto de una sensibilidad extraña y fosforescente. El poeta uruguayo- muerto hace un mes- (2 de julio 1959), era una de las más finas antenas de la poesía moderna en el Río de la Plata.

Sus poemas son difíciles para muchas gentes. Impregnados de un sutil gongorismo, su cuerpo tiene la belleza de la nieve en los Andes de Chile, el temblor contenido de una inspiración sometida a disciplina, castigada por la ejemplar vigilia.

Gorosito Tanco- cuya amistad fraternal nos honró en Montevideo durante años- entendía su misión como un adoctrinamiento. Lo criollo, los elementos que integran la pampa, sabía engarzarlos en lo universal, en lo que el pensar del hombre tiene como sentido trascendente.

Por eso ordenaba los vocablos como rebaños de cervatillos. La luz aquí. Allí  la color. Más allá la temperatura. El léxico le obedecía ciegamente. Y de la cantera del idioma brotaba esa extraña poesía, síntesis de acuario, gema embelesada en su propia luz. Era un hechicero del poema, un poeta que nos daba un vino historiado y magnífico.

Claro que en su poemática hay trabajo, buril, labor y magnífico. Pero sus aguas de pena, su letrilla dorada repujada por el viento, se convertía en música interior, pues, el poeta era un sacerdote de su arte que golpeaba con su vara florecida de rosas en el pórtico de la poesía para oficiar su rito.

El cuerpo de poemas que integran Espejo da la medida exacta de la obra de Gorosito Tanco. Una labor lejana para el vulgo, de luces difíciles, pero transida del gozo y del dolor del creador, de la verdad de su mensaje, de su sentido del mundo donde las imágenes, sometidas a lenta combustión, toman la fijeza lejana y espectral del diamante.

El poeta era un católico integral. Con Juana de Ibarbourou y Zorrilla de San Martín los mayores discípulos de Cristo en el Uruguay. Su fe en Dios era su razón de vivir, la certeza de su vendimia”.

Antes de cerrar este comentario, frente al silencio gaucho y remoto del gran poeta caído en temprana madurez, leamos estos tercetos de su soneto a Artigas, creador de la Independencia uruguaya:

¡Sólo,  entre tu cortejo de jaguares!

¡Sólo, como una eludida creatura!

¡Sólo, jalonarás los valladares,

de la implacable soledad futura!

¡Más la gloria- reverso de tu ocaso-

perro de luz, te irá siguiendo el paso!

*Documento digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República de Colombia.

(2 de julio 1959- 2 de julio 2020)

Dr(c).Washington Daniel Gorosito Pérez

 

Salir de la versión móvil