La eutanasia en debate

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Desde la política de salud pública se debe velar por la continuidad de la vida, y protegerse aun en los casos de mayor padecimiento.

Tras conocerse el proyecto de ley del diputado Ope Pasquet sobre la eutanasia, voces calificadas del ámbito de la salud manifestaron su oposición al mismo, por entender que viola notoriamente la ética médica.

De hecho el propio Pasquet, en su exposición de motivos, menciona la Ley N° 19.286 que contiene el Código de Ética Médica, y en cuyo artículo 46 se establece que “la eutanasia activa entendida como la acción u omisión que acelera o causa la muerte de un paciente, es contraria a la ética de la profesión”.

En el mismo sentido, las disposiciones de la ley N° 18.591, que instituye el Colegio Médico del Uruguay, el Tribunal de Ética de dicho Colegio puede sancionar con la suspensión hasta por diez años en el ejercicio de la profesión, al médico que haya violado el Código de Ética. Es por ello que Pasquet reconoce que de aprobarse su proyecto, si bien los médicos que practicarían la eutanasia no tendrían sanciones penales, sí se verían expuestos a graves sanciones para el ejercicio de su profesión.

Por otra parte, un actor clave en la atención de los pacientes a los que refiere Pasquet, como lo es la Sociedad de Cuidados Paliativos, ha sido categórico en expresar su rechazo al proyecto. En declaraciones al diario El País, su presidente, la médica paliativista Adriana Della Valle marca lo que entiende como una clara diferencia entre sedación paliativa y eutanasia. A este respecto, la profesional asevera que “el objetivo de la eutanasia es matar”, mientras que el de la sedación paliativa es “aliviar el sufrimiento hasta que llegue el final”.

Indudablemente uno de los aspectos más contundentes para oponerse a este proyecto es lo referido a la ética médica, factor insoslayable para el ejercicio de una profesión determinante para la vida humana.

A nivel internacional, solo en 8 países es legal la eutanasia. Tomando como referencia estos casos, varios médicos y especialistas en ética han publicado conjuntamente un artículo en la Revista de cuidados paliativos titulado “Suicidio asistido y eutanasia: temas emergentes desde una perspectiva global”.

Entre los argumentos contrarios a la eutanasia que se desarrollan en dicho trabajo académico, se destacan:

1) El concepto de “pendiente resbaladiza”, que refiere a que según los autores, a pesar de las prevenciones para evitar que se cometan excesos, “permitir la eutanasia voluntaria ha llevado a la eutanasia involuntaria”. Dichos autores ponen como ejemplo lo ocurrido en los casos de Países Bajos y Bélgica.

2) También se menciona la “falta de autodeterminación”. Se considera que la expresión de un deseo de muerte no significa que ese paciente esté deseando realmente la eutanasia. “Como estas expresiones dependen en exceso del estado de ánimo del paciente, tales solicitudes requieren atención extrema”.
3) Asimismo, se advierte que la práctica de la eutanasia puede llevar a implementar cuidados paliativos inadecuados. “El conocimiento holístico de los cuidados paliativos”, afirman, “es la obligación ética más urgente en todo el mundo”.

4) También se señala que se pone en juego la profesionalidad médica, ya que los médicos que colaboran en este tipo de prácticas amenazan la integridad moral de la profesión médica. Asimismo advierten que se pervierte la función del médico, que en estos casos pasa de salvar vidas, a quitarlas.

5) Por otra parte se plantea la diferencia entre medios y fines. La presión por la legalización de la eutanasia llega a confundir el problema del sufrimiento con la vida de la persona. En tal sentido se señala que “debemos matar el dolor y el sufrimiento, no a la persona con dolor y sufrimiento”. Este es uno de los argumentos más utilizados por los defensores de los cuidados paliativos.

Tomando como base los argumentos esgrimidos por profesionales y académicos de la medicina, cabe destacar que desde la perspectiva de su rama científica, se debe procurar que el paciente alivie su sufrimiento con cuidados paliativos, sin que ello tenga por finalidad última poner fin a la vida del mismo, como se propone con la legalización de la eutanasia. Si bien es un tema complejo y por demás delicado, en atención al valor supremo del individuo como tal que es su vida, desde el Estado y más precisamente desde la política de salud pública, se debe velar por la continuidad de la misma, y protegerse aun en los casos de mayor padecimiento.

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