En Varsovia están usando ocho almejas para resguardar a la población del envenenamiento del agua. Las almejas cuentan con interruptores que, al molusco detectar que el agua está contaminada, activan una alarma que corta el suministro del agua de toda la ciudad.
A estas ocho almejas les instalan un pequeño pulsador en su parte superior y las ubican cerca de un botón o interruptor que activa la alarma. Las almejas filtran constantemente el agua, y al detectar toxicidad cierran su concha. Al hacerlo, se activará el interruptor que hará sonar la alarma y cerrará el suministro de agua en la bomba principal de la ciudad.
Así lo ha explicado el Departamento municipal de agua de Varsovia, y este proyecto forma parte del documental Fat Kathy, dirigido por Julia Pelka (quien compartió el tráiler de su documen en Vimeo). Para cortar el suministro del agua, el sistema requiere que más de una de las almejas active su interruptor, y para evitar que se acostumbren al agua del suministro, las almejas son reemplazadas cada tres meses por nuevas, y las retiradas son devueltas al río del que fueron extraídas. Por otro lado, antes de ser ingresadas al sistema de suministro, cada una de las ocho almejas pasa por un proceso de aclimatación y pruebas, incluyendo dos semanas en agua completamente limpia.