Las autoridades sostienen que de ninguna manera se puede dar por perdido el año escolar y que, si se sigue postergando el reintegro a las aulas, los perjuicios para los niños pueden ser mayores.
Por eso el grupo de expertos científicos, en conjunto con el Poder Ejecutivo y las autoridades de la educación, trabajan en un cronograma de reintegro a clases que aún no tiene fecha, pero tendrá su primer mojón en el interior del país.
La principal preocupación pasa por los escolares. Por un tema de edad son los más complejos de controlar, sobre todo para que cumplan con las medidas de distanciamiento. Pero también se estudia la vuelta a las aulas de liceales y universitarios.
Si bien aún no hay una fecha concreta definida, la idea es que los escolares comiencen de forma paulatina con la educación presencial antes de las habituales vacaciones de invierno. Lo que sí está claro es que estas vacaciones no se realizarán, ya que la idea es recuperar parte del tiempo de dictado de clases presenciales perdido.
La urgencia -así lo definen en el equipo de gobierno de Lacalle Pou- ahora pasa por las clases escolares. Es que las autoridades sostienen que si no hay un horizonte de vuelta a clases presenciales en el mediano plazo, un mes o mes y medio, el perjuicio para los niños es significativo.
Aún está a estudio el impacto de la vuelta de las escuelas rurales, y esta semana el grupo de expertos tiene planeado analizar el tema y redactar un informe que se entregará al presidente Lacalle Pou.
GM