La empresa justificó la decisión por «permanentes inconductas» del funcionario, entre las que destacó amenazas y un siniestro de tránsito.
Luego que la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte (UNOTT) decretara un paro de 24 horas este viernes como consecuencia del despido de un trabajador de la empresa Nossar, la compañía salió a dar su versión de los hechos ante «las inexactitudes» divulgadas por el sindicato.
La firma aseguró que no es cierto que el despedido del funcionario que, a su vez era el presidente de la Unión de Trabajadores de Nossar (UTN), haya obedecido a «persecución sindical».
«Durante más de 15 años la empresa tuvo diálogo constante y fructífero con UTN, razón por la cual jamás tuvo un conflicto. Sobran los dedos de una mano para contar los planteos que se realizaron ante la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) y todos ellos (salvo este caso) fueron resueltos», manifestó Nossar a través de un comunicado público.
Según la empresa, los motivos que determinaron el despido del trabajador fueron «sus permanentes inconductas». Entre los hechos que llevaron a tomar la decisión, se relató que el presidente del gremio se tomó a golpes de puño en uno de los locales de la empresa con un funcionario que antes había renunciado al sindicato.
Además, siempre según la versión de Nossar, el trabajador amenazó al personal jurídico de la empresa como «cúmulo de la constante arenga contra los mismos».
En los últimos ocho meses, el funcionario también movió, en el taller y sin autorización, una unidad de última generación, cuyo manejo desconocía, con «tal impericia que la chocó contra otro ómnibus de la empresa, dañando ambos».
A estos sucesos se sumó que no respetó los itinerarios en rutas, salteando agencias, dejando pasajeros sin atender y sin retirar ni entregar encomiendas.
«Por último y no como única causal de su egreso, el 21 de diciembre pasado fue protagonista del vuelco de un coche con dieciséis pasajeros en una ruta en reparación por la que transitaba usualmente», informó Nossar.
«En la ocasión, no respetó ni la señalización ni la velocidad máxima permitida (30 km/h), dejando una frenada de 80 metros antes del vuelco, que comprueba su excesiva velocidad. Hubo allí una conducción imprudente y falta de pericia», agregó.
La empresa subrayó que el trabajador conocía el estado de la ruta ya que ese mismo día había realizado el recorrido en sentido inverso. «Por lo que nada excusa haber puesto en grave riesgo la integridad física de guarda y pasajeros y haber dañado el patrimonio de su empleador», sentenció.
La firma indicó que cumplió con todo el proceso sancionatorio con arreglo a laudo y ofreciéndole al trabajador las máximas garantías para que articulara defensas, «las que no pasaron de falacias carentes de pruebas».