Revolucionaria vía contra las mordeduras, logran cultivar glándulas de veneno

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El camino para desarrollar fármacos y antídotos de veneno implica tener que criar y sacársela a las serpientes. ¿Solución? Por primera vez, los científicos han producido toxinas de veneno de serpiente en el laboratorio.

Tal y como han explicado los investigadores de la Universidad de Utrecht en Países Bajos, las toxinas se han producido a través de mini glándulas llamadas organoides, siguiendo un proceso adaptado del crecimiento de órganos humanos simplificados, algo que actualmente está ayudando en una amplia gama de proyectos de investigación científica y médica.

¿Cómo lo consiguieron? El equipo liderado por el biólogo molecular Hans Clevers explica que consiguieron soplar organoides que coinciden con la serpiente de coral del Cabo (Aspidelaps lubricus cowlesi) y otras siete especies de serpientes. Un enfoque revolucionario sobre los métodos actuales de cría de serpientes para extraer su veneno. Según Clevers:

Más de 100.000 personas mueren por mordeduras de serpientes cada año, principalmente en países en desarrollo. Sin embargo, los métodos para fabricar el antiveneno no han cambiado desde el siglo XIX.

Al ajustar el proceso recientemente desarrollado para el crecimiento de organoides humanos, incluida la reducción de la temperatura para que coincida con los reptiles en lugar de los mamíferos, pudimos encontrar una receta que respaldaba el crecimiento indefinido de pequeñas glándulas de veneno de serpiente.

Luego retiraron el tejido de los embriones de serpiente y se colocó en un gel mezclado con factores de crecimiento, aunque no fue necesario el acceso a las células madre, que es como se desarrollan generalmente los organoides humanos y de ratón. Las células comenzaron a dividirse y formar estructuras, dando cientos de muestras en crecimiento en el espacio de un par de meses y produciendo pequeñas gotas blancas de las cuales se podían recolectar toxinas de veneno.

Finalmente identificaron al menos cuatro tipos distintos de células dentro de las glándulas de veneno cultivadas artificialmente, y también pudieron confirmar que los péptidos de veneno producidos eran biológicamente activos, muy parecidos a los del veneno de serpiente vivo. Según los investigadores:

Sabemos por otros sistemas secretores como el páncreas y el intestino que los tipos de células especializadas producen subconjuntos de hormonas. Ahora vimos por primera vez que este también es el caso de las toxinas producidas por las células de las glándulas del veneno de serpiente.

Además del desarrollo de fármacos, estas glándulas de veneno organoide deberían facilitar y agilizar el desarrollo de antivenenos, y todo lo que eso significa si tenemos en cuenta el gran número de personas que sufren muertes, lesiones o discapacidades debido a las mordeduras de serpientes

Gizmodo