El hacinamiento carcelario en Uruguay se logró eliminar con la creación desde 2015 de más unidades de reclusión y la refacción de otras, que permitieron incluso un sobrante de 220 plazas, dijo la directora del Instituto de Rehabilitación, Ana Juanche. Destacó la capacitación del personal y la incorporación de 600 operadores penitenciarios, 400 policías y 100 técnicos para cumplir los objetivos de rehabilitar a internos.
Con la presencia del ministro del Interior, Eduardo Bonomi, y el director general de Secretaría, Federico Laca, se realizó el acto de conmemoración del 9.º aniversario del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y el balance de los últimos cinco años de gestión.
En la ceremonia, en el auditorio Mario Benedetti de la Torre de Antel, se reconoció a las instituciones públicas y privadas por su colaboración y compromiso con la inclusión social y a los funcionarios, que se destacaron en las áreas administrativa, técnica, y de seguridad.
Según consigna la página web del Ministerio del Interior, Juanche destacó en el acto la centralización del sistema en un único órgano encargado de la organización y gestión de las unidades penitenciarias. También enfatizó en la profundización del trabajo técnico en cuanto a la privación de libertad, mediante programas de trato de carácter universal para garantizar el derecho a trabajar, estudiar, practicar deportes y recrearse.
Juanche subrayó la creación de programas específicos para el trato a grupos particulares, como personas privadas de libertad extranjeras, inmigrantes o en situación de discapacidad o las madres que viven junto a sus hijos en la reclusión.
Resaltó, además, la creación de los programas de tratamiento dirigidos a atenuar los factores de riesgo vinculados con la conducta delictiva, como el programa de uso problemático de drogas, de control de la agresión sexual y de género, prevención de la agresión de género, de promoción del pensamiento pro social, y de regulación de historias de vida y resignificación a través del teatro de máscaras.
Según destacó, durante este período de gobierno (2015-2020), el Ministerio del Interior eliminó el hacinamiento con la creación de unidades penitenciarias y la refacción de módulos, con lo que logró un superávit de 220 plazas.
Todo eso fue posible gracias al enorme esfuerzo que ha implicado la capacitación permanente de personal, y la incorporación en el último quinquenio de unos 600 operadores penitenciarios, unos 400 policías, y 100 técnicos de diversas disciplinas, detalló Juanche.
“Creemos que el estado penitenciario está consolidado, ha sentado las bases para generar a partir de ahora una política de estado como los países modernos, y sistemas modernos para la ejecución de la pena privativa y no privativa de libertad”, sentenció.
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