Según cifras oficiales actualmente hay en el entorno de la Quebrada de los Cuervos, 14 emprendimientos que se han mantenido y consolidado en los últimos años, ofreciendo diversas opciones de turismo de naturaleza, con senderos establecidos y una gama de variados productos con valor agregado, generados artesanalmente con los recursos naturales del área. En estos emprendimientos trabajan decenas de personas. ¿Qué se podría hacer para generar más fuentes de trabajo en este rubro?
Desde luego que mejorar el camino de acceso a la zona es una necesidad, ya que actualmente no está en buenas condiciones. Sabemos que una obra de pavimento como la que sería deseable tiene altos costos, por lo que por ahora lo que se podría hacer es dar un buen mantenimiento al balasto hasta tanto se consigan recursos para construir una buena ruta. No obstante, a pesar de las dificultades de acceso, el parque que gestiona la Intendencia Departamental tiene un promedio de 14.000 visitantes anuales, la mayoría de los visitantes (76,9%) provienen del resto del país, el 17,4% del departamento de Treinta y Tres y 5,6% son extranjeros. Seguramente ese número se podría aumentar si se diseñan más propuestas atractivas. La siguiente es tan solo una idea del grupo “Amigos de la Quebrada”. Imaginen que ya es una realidad:
Dentro del área natural protegida, a una buena distancia del estacionamiento de vehículos motorizados, abonando una entrada de $200, se puede acceder al lugar donde se levantan varios ranchos de terrón al estilo usual en el campo oriental en los años 1800. En su interior se recrea el escaso mobiliario y equipamiento con que contaban estos humildes hogares donde transcurría la vida de muchas familias en aquellos tiempos.
Reciben a las excursiones gauchos y chinas vestidos con la ropa de época, cuidando que todos los detalles permitan al visitante sentir que ha viajado al pasado. Potreros, corrales, gallineros, etc, habitados por animales reales, permiten a los “pobladores” de este caserío, cumplir con las tareas cotidianas para deleite de los visitantes que incluso pueden participar de la faena. No faltan en los patios los aljibes y un piso de tierra bien barrido donde compartir tortas fritas y guitarreadas, las viejas acordeones de botones acompañando a las parejas en sus danzas criollas, de las que también los turistas pueden participar.
Cerca del caserío exponen los guasqueros que venden sus piezas artesanales, se pueden comprar dulces y mermeladas caseras hechas con frutas de la zona. Hay ropa y calzado de campo a la venta, cuchillería artesanal, pequeños muebles y utensilios antiguos, instrumentos musicales, todo representativo de la época recreada. Hay también caballos mansos para dar un paseo, sulkys y carros para dar una vuelta en familia. Diestros enlazadores muestran su habilidad y hasta portan boleadoras al estilo indígena.
Para garantizar el disfrute de los turistas, hay horarios de entrada y salida para cada grupo, a fin de que éstos no sean demasiado numerosos y su estadía no se extienda más de lo adecuado.
¿Cuántos puestos de trabajo podría generar esta idea? ¿Con qué remuneración? No podemos hablar de números exactos, pero se necesitarían unos cuantos trabajadores y con la entrada a $200 una excursión de 30 personas dejaría $6000 en boletería. Si el promedio de visitantes que tiene la Quebrada ya es de 14 mil personas al año: ¿No podrían venderse 10 mil entradas anuales para visitar este “Caserío del siglo 19”? Estaríamos hablando de dos millones de pesos recaudados al año tan solo por la venta de esas entradas. ¿Cuánto podrían sumar las ventas de los diferentes artículos nombrados? Además recordemos que el turismo genera puestos de trabajo indirectos, ya que las excursiones movilizan restaurantes, hoteles, estaciones de servicio, talleres mecánicos, transporte y el comercio en general de la ciudad de Treinta y Tres.
El éxito depende mucho de la difusión que tenga esta modalidad de turismo interactivo que podría sumarse a los 14 emprendimientos que ya existen y pueden ser complementados con esta propuesta. Desde luego, como todo negocio, también depende de la seriedad y eficiencia imprescindibles.
Teniendo un área natural protegida como la Quebrada de los Cuervos, que goza de prestigio internacional, existen muchas posibilidades de crear fuentes de trabajo en un rubro sustentable y compatible con el cuidado del tesoro ambiental que tenemos a nuestra custodia en la hermosas Sierras del Yerbal. ¡Solo hace falta voluntad, un poco de ingenio y mínimos recursos financieros!
Aníbal Terán Castromán