El operativo policial se activó minutos antes de las 8.30 de la mañana de este martes cuando el chofer del ómnibus 214 de Turil denunció que su esposa había sido tomada de rehén por parte de un hombre armado que estaba atrincherado en el interior de la unidad.
La versión del denunciante resultó inconsistente desde el inicio para la Policía, que de todas formas activó los protocolos de seguridad establecidos para este tipo de casos.
La terminal fue desalojada justo a una hora pico de actividad y se dispuso una zona de exclusión que llegó hasta Acevedo Díaz entre Goes y Ferrer Serra. Por allí no podían pasar ni vehículos ni personas caminando.
Varias dependencias de la Policía, entre ellas, la Guardia Republicana participaron del operativo. El objetivo era reducir al hombre supuestamente armado y liberar a la rehén.
Los policías rodearon el ómnibus, pero las ventanas polarizadas no permitían visualizar hacia el interior.
Decenas de personas que pasaban por el lugar se paraban a mirar desconcertadas por el despliegue de efectivos en la zona. Minutos después, llegó el negociador del Ministerio del Interior.
Con altoparlante intentó dialogar con el presunto hombre en el interior del ómnibus. Le pedía que se acercara a la puerta para poder hablar y así estuvo por más de media hora, pero el policía no tuvo respuesta ninguna. Nadie hablaba ni se percibía movimiento.
El que habló con la prensa en pleno operativo fue el jefe de la Terminal, Osvaldo Torres.
Finalmente, varias camionetas de la Republicana rodearon el ómnibus y se procedió a la irrupción en el mismo.
Para sorpresa de los policías, adentro de la unidad no había nadie: ni hombre, ni arma, ni mujer alguna.
Los efectivos inspeccionaron todas las reparticiones del ómnibus, pero no se halló nada.
De inmediato los policías se retiraron del lugar y se llevaron demorado al chofer denunciante, que estaba muy nervioso y fue trasladado a la comisaría para que de explicaciones.