Delincuente que asesinó a su sobrino de 8 años montó una escena para inculpar a otros

Dylan Rodríguez Delfino, de ocho años, murió el 14 de enero de un disparo en la cabeza en una vivienda de Salamanca y Santos, en pleno barrio 40 Semanas Chico. Pero lo que en principio fue un crimen perpetrado por delincuentes de la zona, se reveló este martes como un montaje para proteger al verdadero asesino del niño: su tío.

«La policía ya sabe quiénes son, pero ya está: que terminen con esto, porque atrás de ese portón (de la casa) hay más niños», dijo la madre del niño asesinado ante las cámaras, a dos días crimen, cuando la familia de Dylan todavía sostenía que aquella noche de verano, el portón negro de su vivienda había sido blanco de una lluvia de disparos, perpetrados desde una camioneta blanca que pasó frente a la casa. Quienes estaban en la vivienda aquel día incluso dieron más detalles y señalaron que el vehículo era marca Kía, con vidrios polarizados, e incluso llegaron a contar a cuatro personas en su interior.

La madre del niño había contado que días atrás unos hombres la habían detenido en la calle y la amenazaron con un arma. Otros familiares, en tanto, llegaron a nombrar a personas del barrio 40 Semanas como los sospechosos cantados de aquel ataque, e incluso explicaron que el tiroteo pudo ser una represalia por problemas que el padre del niño había tenido en la cárcel en la que se encuentra recluido.

Pero toda aquella historia era una mentira. Este lunes, tras una investigación de más de cinco meses, se allanó una vivienda en una casa del barrio Punta de Rieles, en la que se encontraba la madre de Dylan con su nueva pareja, y el tío del niño, quien descansaba con su novia. Este último fue detenido en ese momento, y este martes fue imputado en el juzgado de 45°Turno como autor de un delito de homicidio a título de dolo eventual, en reiteración real con un delito de tráfico interno de armas, puesto que en el allanamiento se le incautó un revolver que había sido robado en un comercio en 2015.

 

Eran la 1:30 de la madrugada y Dylan se encontraba junto a su tío, cuando este practicaba tiro al blanco dentro de una precaria vivienda del barrio 40 Semanas chico. Aquella práctica se convirtió en tragedia cuando una bala impactó en la cabeza del menor, que debió ser trasladado de urgencia por una tía, y otra mujer que se encontraba en el lugar, a un centro asistencial.

Mientras que en Casa de Galicia los médicos constataban la muerte del niño “por herida de arma de fuego en la cabeza con orificio de entrada y de salida”, en la vivienda el tío y otros familiares pensaban una estrategia para quedar libres de culpa. La madre del niño, en tanto, continuaba trabajando en una whiskería de Sauce, presuntamente ajena a lo que ocurría en su casa.

Enfundando sus armas, salieron a la calle y dispararon contra el portón de la vivienda unas diez veces, con el objetivo de simular un ataque desde el exterior. Limpiaron la escena del crimen, y llamaron a la policía.

Ante los efectivos, alegaron que aquella madrugada el niño se encontraba jugando en el pasillo de la vivienda, a pocos metros del portón baleado, y que por esa razón había resultado herido de muerte. Asimismo, para justificar la falta de sangre en aquel pasillo de piso de hormigón (puesto que realmente no fue herido en ese lugar), señalaron que habían limpiado la escena poco después de que el Dylan había sido trasladado a Casa de Galicia.

Ahora cayeron Los Delfino, otra banda narco que amenazaba a vecinos
Por el momento, ninguna persona fue indagada por participar del montaje armado con el fin de ocultar el verdadero responsable del crimen, quien ya se encuentra en prisión, cumpliendo una medida cautelar de tres meses de cárcel. La madre del niño dijo no estar al tanto de que su hermano estaba detrás del crimen e incluso sigue negando esa posibilidad.

El niño era integrante de la familia Delfino, un numeroso clan que se instaló hace tiempo en la zona del 40 Semanas Chico pero que se desgastó en los últimos tres años en su lucha contra el grupo que comandaba el delincuente Wellington “Tato” Rodríguez Segade, asesinado en 2015 en el barrio de Sayago.

Algunos integrantes de Los Delfino fueron condenados por hurto de luz y agua a mediados de noviembre –aunque la gran mayoría no fue a prisión–, luego de que el Ministerio del Interior desplegara en ese barrio uno de los operativos policiales que tienen por propósito desarticular este tipo de bandas que amenazan y extorsionan a vecinos con el objetivo de utilizar sus viviendas con fines delictivos.

Observador

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