Años atrás, en su ensayo «Las alarmas del doctor Américo Castro», Jorge Luis Borges señalaba que «un demérito de los falsos problemas es el de promover soluciones que son falsas también», y lo ejemplificaba apelando a los clásicos: «A Plinio (Historia natural, libro octavo) no le basta observar que los dragones atacan en verano a los elefantes: aventura la hipótesis de que lo hacen para beberles toda la sangre que, como nadie ignora, es muy fría».
De falsos problemas y soluciones igualmente falaces parece saber algo Mariam Al- Sohel, experta en «medicina profética» presuntamente basada en los textos sagrados del Islam, y -dice ella- en ciencia.
La «investigadora» afirmó en una entrevista televisiva que los hombres homosexuales tienen un «gusano anal» que se «alimenta de semen» y afirma haber encontrado una cura para la homosexualidad.
La asombrosa declaración fue hecha en el marco de un reportaje donde también explicó que cree que hay cuatro géneros: hombres, mujeres, hombres homosexuales afeminados y lesbianas marimachos.
Durante un diálogo en Scope TV, una televisora radicada en la ciudad de Kuwait, afirmó que la cura que propone se basa en «supositorios terapéuticos», está inspirada en las profecías islámicas y se basa en la ciencia.
También afirmó que las personas homosexuales desarrollan una «ansiedad sexual» después de ser «atacadas sexualmente» y que los supositorios pueden destruir al supuesto gusano.
En un video publicado por MEMRI, un sitio web noticioso con sede en Estados Unidos que cubre asuntos de Medio Oriente, Al-Sohel dijo sobre su afirmación que «todo se trata de ciencia, así que no hay nada para avergonzarse», según publica The Independent.
«El impulso sexual (gay) se desarrolla cuando una persona es atacada sexualmente, y luego persiste porque hay un gusano anal que se alimenta de semen, de esperma. Lo que hice entonces fue producir supositorios, que deben ser utilizados por esas personas en ciertos momentos», describió.
Según sus dichos, los supositorios en cuestión acabarían con el gusano espermatófago, valga el neologismo.
Más adelante, en el mismo programa, recomendó a los hombres comer alimentos «que provengan de debajo de la tierra» como los tubérculos, para potenciar su masculinidad, algo a lo que también contribuirían los ingredientes de sabor amargo.