La justicia brasileña ya bloqueó 11.000 millones de reales (unos 3.000 millones de dólares) de la minera Vale para compensar perjuicios y daños ambientales provocados por la rotura de un dique minero en el estado de Minas Gerais (sureste), según informes oficiales.
El Ministerio Público de Minas Gerais informó que el sábado por la noche la justicia congeló 5.000 millones de reales.
Este valor se suma a dos acciones del viernes, una de 5.000 millones y otra de 1.000 millones, tras la tragedia que hasta el momento dejó 37 muertos y más de 250 desaparecidos. El último balance de bomberos detalla que entre los fallecidos, ocho fueron identificados, 23 heridos hospitalizados y 192 personas rescatadas.
La ruptura del dique el viernes al comienzo de la tarde provocó una marea de lodo que arrasó estructuras del complejo minero y de áreas aledañas.
El sábado, decenas de helicópteros surcaron el cielo en busca de sobrevivientes en la extensa marea de barro marrón que sepultó casas, vehículos y carreteras y se tragó la espesa vegetación de la zona.
Nueva alerta
La localidad de Brumadinho, en el sureste de Brasil, fue despertada el domingo por el ulular de las alarmas ante el peligro inminente de rotura de otro dique minero, dos días después de la catástrofe que dejó decenas de muertos.
«¡Atención, evacuación general del área! ¡Busque el lugar más alto de la ciudad! ¡Evacuación de emergencia! ¡Busque el lugar más alto de la ciudad!», clamaron al mismo tiempo los altavoces de esta ciudad de 39.000 habitantes del estado de Minas Gerais.
La minera Vale, propietaria de la estructura minera, informó que accionó la alarma a las 05:30 de la mañana (hora local), «al detectar un aumento de los niveles de agua en los instrumentos que vigilan el dique VI». Según informaciones de Vale a los bomberos, «no hay residuos mineros» en el dique, que contiene entre 3 y 4 millones de metros cúbicos de agua.
Los bomberos iniciaron la evacuación de las comunidades aledañas.
«Estaba en la casa, la alarma tocó a la 5 y media y enseguida vino Defensa Civil abriendo el portón y pidiendo evacuar. Tuve que salir con mi familia, mis hijos (…). Estamos molestos, tensos, porque dejar nuestra casa no es fácil. Hace 15 años que vivimos allí, ahora tenemos que dejar todo y salir corriendo por el riesgo de que otro dique se rompa», dijo por la mañana Jose Maria Silva, de 59 años, a la AFP.
«Varias personas salieron corriendo, desesperadas (…) Quien no tenía carro huyó a pie, con mochila en la espalda y lo que podía llevar. Niños, ancianos, todos subiendo. Vale tenía que haber visto esto, acabó con nosotros, es un desastre», afirmó Fagner Miranda, de 29 años.
La estructura forma parte de la mina Córrego do Feijao, cuyo dique I se rompió el viernes.
El teniente Pedro Aihara, del cuerpo de bomberos, precisó que «los trabajos de búsqueda (de sobrevivientes de la catástrofe del viernes) están interrumpidos», porque el «foco ahora es la evacuación de la zona».
Ayuda de Israel
El balance de muertos supera ya al de noviembre de 2015, cuando la ruptura de la represa de Fundao, en el municipio de Mariana, a 125 km de Brumadinho, mató a 19 personas y provocó el peor desastre ecológico en Brasil.
Esa represa pertenecía a Samarco, controlada por Vale y la anglo-australiana BHP Billiton.
El presidente Jair Bolsonaro sobrevoló la zona en helicóptero el sábado y se comprometió en Twitter a «investigar los hechos, reclamar justicia y prevenir nuevas tragedias como las de Mariana y Brumadinho».
El mandatario ultraderechista, que está trabando una estrecha alianza con Israel, aceptó la ayuda tecnológica ofrecida por el primer ministro Benjamin Netanyahu «para la búsqueda de desaparecidos».
En la madrugada, Bolsonaro confirmó vía Twitter que 140 personas y 16 toneladas de equipos para las búsquedas llegarían al mediodía a la región provenientes de ese país.
La represa no era usada desde hacía tres años y había sido verificada regularmente, dijo Fábio Schvartsman, presidente de Vale.
La tragedia desató airadas críticas de organizaciones ambientalistas, como Greenpeace o SOS Mata Atlántica, líderes políticos y expertos en gestión de riesgos.
«Éste es un gobierno que no indica que actuará con mayor control en el tema ambiental (…). Va a considerar que las corporaciones a priori funcionan de manera responsable y lo que venimos viendo es lo contrario», dijo a la AFP Luiz Jardim Wanderley, especialista en minería de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro (UERJ).
Wanderley afirmó que en Minas Gerais «casi 10% de los diques o no tienen la estabilidad garantizada o no hay información suficiente para definir su condición», por lo que «muy probablemente vamos a tener otros casos, de magnitud menor o mayor. Esos desastres podrían ser aún mayores».