La Justicia de Maldonado formalizó a dos personas por el homicidio de un profesor de inglés ocurrido el 9 de julio, quien fue asesinado de un disparo en la cabeza cuando fue a atender el timbre de su casa, sobre la hora 22.
La fiscal del caso, Patricia Rodríguez, acusó a la exesposa de la víctima como coautora de un delito de homicidio especialmente agravado en calidad de coautora, ya que demostró que contrató a dos sicarios de Montevideo para que ejecutaran el crimen.
La mujer irá a prisión preventiva por 90 días, mientras que el hombre que la ayudó a conseguir a los sicarios irá a la cárcel por 120 días.
Según consignó Rodríguez en su documento, entre la mujer y su pareja había varias actuaciones de la Unidad Especializada en Violencia Doméstica de la Policía, así como varios expedientes de la Justicia de Familia, Paz y Civil. De hecho, la víctima estaba realizando gestiones para iniciar un juicio contra la mujer por US$ 1,5 millones.
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El otro imputado es un albañil que trabajaba para la mujer, y que fue el que condujo el auto que pasó a buscar a los sicarios por la rambla de Punta del Este para que cumplieran con la tarea. Un día antes del crimen, el domingo 8, este hombre fue convocado por la mujer en su casa para que instalara una baldosas.
Cuando la actual pareja de la imputada salió de la casa para buscar comida, ella aprovechó el momento para encargarle la tarea al albañil. Le pidió que no le fallara, que al otro día vendrían «dos muchachos de Montevideo para darle un susto» a su exesposo.
Fue entonces cuando le dio las indicaciones de cómo estarían vestidos los sicarios ese lunes por la noche, que lo estarían esperando entre las paradas 41 y 42 de la Playa Mansa, a la entrada de Punta del Este. Uno de ellos, le dijo, iba a estar vestido de saco negro. La tarea era sencilla: recogerlos en ese punto, llevarlos hasta la casa de la víctima, esperarlos, y devolverlos en el mismo lugar. Acto seguido, fue a buscar a su novia, con quien volvió a su casa en el barrio Kennedy. Todo el recorrido que hizo fue captado por las cámaras del Centro de Comando Unificado del Ministerio del Interior.
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Este hombre admitió la responsabilidad en los hechos, y contó detalles como que, por ejemplo, escuchaba las conversaciones que ella mantenía con su expareja –con quien estuvo casada entre 1997 y 2016–, y que eso le permitía concluir que su jefa tenía «un mal vínculo con su exesposo».
Fueron pocas las palabras que los sicarios intercambiaron con el profesor antes de asesinarlo. Uno de ellos se hizo pasar por el novio de una amiga de la hija del docente, lo que permitió que el hombre abriera la puerta y los atendiera en la vereda. Fue entonces cuando recibió el disparo en el cráneo.
Los dos sicarios se encuentran prófugos.