Las inspecciones las viene realizando el Instituto Nacional de Carnes con el objetivo de evitar las carneadas clandestinas, combatiendo también el abigeato, y eso está bien.
Sin embargo, como “daño colateral” surgió el tema de las carneadas que realizan los clubes deportivos de la zona rural, que luego plasman en ventas de asado con cuero, y que este invierno se suspendieron.
Al grito de “hoy no cocines vieja que traigo asado con cuero” ¿Quien no sacó la asadera del armario de la cocina para ir a comprar una porción de asado con cuero un domingo de invierno?.
El tema es que, según nos dicen los conocidos en las instituciones deportivas “con dos o tres carneadas al año bañamos a las divisiones inferiores, o una gran parte del presupuesto del equipo de primera división. Ahora estamos en rojo” dijeron.
Antiguamente las instituciones deportivas se mantenían con el aporte de la cuota social, las entradas de los partidos de fútbol el domingo y los bailes que se realizaban los sábado de noche. En un baile se llegaban a vender unas mil entradas, lo que cubría gran parte el gasto del fútbol del día siguiente.
Eso permitió traer jugadores de renombre y pagar buenos salarios a los planteles, así como mantener y desarrollar a las divisiones inferiores.
Hoy eso no sucede, y en lugares como la zona rural, donde hay clubes que juntan hasta a cincuenta o setenta niños, el presupuesto se solventaba con la carneada y la venta de asado con cuero dos o tres veces al año.
Pero las restricciones legales hace que eso sea pasado, ya que los procedimientos oficiales propuestos por el Inac, le quita la ganancia que obtenían los clubes con estos beneficios.
En este sentido consultamos a Fabian Garrone que es directivo de Polancos y que nos contó que ya no hacen más carneadas porque una denuncia anónima en noviembre del año pasado contra su club, Agraciada y Peñarol, hizo que dejaran de hacer carnada para vender asado con cuero.
Esta venta, que es recontra tradicional en el interior del país, viene siendo perseguida por el Instituto Nacional de Carnes en el marco de su política de represión del abigeato “pero nosotros no carneamos vacas robadas, siempre son donaciones que nos hacen y que usamos para solventar el presupuesto del club” explicaba Garrone a EL ECO. Sólo la institución a la que pertenece atiende a unos setenta gurises que van a hacer fútbol “si no están acá andan en la calle y eso no es bueno” explica.
El año pasado se hizo una denuncia anónima al Instituto Nacional de Carne por la carneada que realizan varias instituciones deportivas en Nueva Palmira. La denuncia afectó a los clubes de fútbol de toda la zona rural entre Palmira y Carmelo “nosotros hacíamos tres o cuatro carneadas por año para mantener los planteles juveniles, tenemos setenta gurises entrenando y no tenemos otra forma de solventarlo” contó “este año no hemos hecho ninguno porque nos denunciaron a otros Polancos, a Peñarol y a Agraciada”.
Ahora está complicado, explicó “no podemos hacer nada a nosotros nos cortaron las piernas, las instituciones deportivas no tenemos de donde sacar, quieran o no las instituciones deportivas cumplimos un rol social que es muy importante. los gurises que no están en el club están en la calle, le brindas luz, tecnico recibidos, agua, canchero, alguna merienda para el que necesite no se que vamos a hacer” contó.
La denuncia fue en noviembre “y después de eso no hicimos más”.
No sabemos que hacer estamos rascando de todos lados, dijo “porque con una o dos carneadas pagamos la luz, el mantenimiento de la cancha, etc. gente capacitada para que los gurises están bien, buenos técnicos, profesores recibidos”.
Para carnear hay que pedir permiso, despues ir a un matadero que te cobran como 30 pesos el kilo “y ahí ya se va el negocio” explicó.
Lo gracioso es que uno mira en televisión los programas que recorren el país y en todos lados hay eventos con carnada, asado con cuero y no pasa nada, cómo se creó toda la vida. “no es que estemos robando animales. Los que estamos en estas instituciones no estamos para joder, estamos para dar una mano” remarcó.
Alguien denuncia, o las carnicerías, o los abastos, “pero es tan tradicional esto acá que a nadie se le ocurre que esto sea un delito porque el dinero se usa para que las instituciones deportivas chicas funcionen más o menos bien. Hacemos dos o tres carneadas por año y con eso es un alivio para el presupuesto del club”, dijo.