“Paz” y “Democracia” son conceptos que gozan de amplia aceptación. Por eso no es extraño que sean tan utilizados. La historia nos enseña a ser desconfiados y no aceptar la simple mención a estos conceptos como suficiente razón para apoyar iniciativas como las de la “Fundación para la Democracia Internacional”, que organiza entre el 26 y 28 de este mes en Montevideo un evento que cuenta con el apoyo del gobierno uruguayo.
Se trata de la segunda edición de «Voy por la paz», una programación que reúne prestigiosas figuras internacionales como Adolfo Pérez Esquivel, Rigoberta Menchú, Shirin Ebadi y Lech Walesa, todos ellos distinguidos oportunamente con el premio nobel de la paz. Participarán músicos de la talla de Leon Gieco, Juan Carlos Baglieto, Rúben Rada y otros referentes del rock, y el canto popular rioplatense. Será un menú muy costoso que requiere un despliegue enorme de recursos cuya financiación despierta interrogantes, teniendo en cuenta que todos los espectáculos serán con entrada gratuita.
La página oficial de Presidencia de nuestro país anuncia que “acciones por convivencia pacífica, trabajo digno y lucha contra la pobreza y las asimetrías sociales que generan conflictos y determinan una sociedad más violenta” serán tópicos de esta actividad en la que participará el presidente Tabaré Vázquez. Es de suponer que el gobierno uruguayo se encargará de cubrir parte de los costos del evento que será inaugurado con palabras del primer mandatario.
¿Qué sabemos de los organizadores de este encuentro? No mucho. Su página oficial informa que las oficinas centrales están en la calle Sarmiento 702, Rosario, República Argentina. Se definen como una ONG sin fines de lucro que se financia a través de donaciones y aportes privados. Su actual presidente es Guillermo Pablo Whpei, quien se presenta como “Empresario y Entrepreneur, especializado en negociación, finanzas y gestión del cambio”, lo que lo posiciona en el mundo de los negocios como quien “puede desenvolverse y aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado, entorno en el que se necesita una gran capacidad de análisis, creatividad, la habilidad de ver negocios e implementar nuevas y buenas ideas”, según la definición de “Entrepreneur” que nos da el diccionario. Realmente no parece el perfil de alguien que lucha por cambios profundos en el modelo económico imperante.
La anterior Presidente de esta ONG fue la Relacionista Pública y Comunicadora Marina Sala, quien se presentaba como experta en “el diseño de estrategias de posicionamiento de organizaciones a través de planes de acción desarrollados a partir de un pormenorizado estudio del área de influencia o negocio”. Claramente tampoco es el currículum de alguien que busca cambios sustanciales para modificar el rumbo de nuestra realidad social.
Esperar de personas como Guillermo Whpei y Marina Sala un liderazgo en acciones que apunten a combatir las injusticias del mundo, resulta infundado en base a estos pocos datos disponibles. Cabe mencionar que la actual “Fundación para la Democracia Internacional” se llamó originalmente “Fundación Estudios Litoral Argentino”, entidad creada en 1992, en cuya página oficial Guillermo Whpei figuraba como uno de sus empleados.
El antecedente que tenemos para imaginar qué puede suceder en Montevideo el último fin de semana de este mes, es la primera edición de “Voy por la Paz” que se realizó el año pasado en Argentina, cuyo formato parece que se va a repetir con ligeras variantes. Los cinco premios Nobel presentes dieron mensajes conmovedores y los músicos participantes emocionaron a la multitud con sus canciones. Pero no hay otros frutos atribuibles a esos tres días de intensa movida intelectual y artística de junio 2017. Todo indica que al terminar el encuentro cada cual se fue para su casa y ni la democracia ni la paz en Argentina se vieron fortalecidas, todo lo contrario a juzgar por los retrocesos que se observaron desde entonces.
A la hora de decidir si vamos a no a esta movida a las que estamos invitados, hay ciertas preguntas pertinentes: ¿Qué clase de paz y democracia quieren los bancos y los grandes empresarios que suelen patrocinar este tipo de actividades? ¿Realmente les interesa promover “trabajo digno y lucha contra la pobreza y las asimetrías sociales”?
Personalmente creo que no me sentiría a gusto sumándome a la multitud que seguramente acudirá atraída por el prestigio de los disertantes y la calidad de los artistas anunciados. Yo creo que la paz y la democracia que necesitamos no se construyen con las herramientas que nos ofrece el propio sistema que nos violenta y nos oprime.
Aníbal Terán Castromán