Día tras día cientos de usuarios de ASSE, se levantan muy temprano a la mañana para retirar números en el Hospital Salto. La mayoría vive en zonas alejadas de la ciudad y llegan hasta el nosocomio como pueden; algunos, a pie ya que a las 4 de la mañana no hay transporte urbano.
Tras la odisea deben esperar horas para ser atendidos, solicitar consultas con especialistas o simplemente realizar controles.
El hospital, según información aportada entrega más de 1000 números una verdadera vergüenza ya que las esperas son interminables y muchos son ancianos que no están en condiciones se afrontar tantas horas.
Desde el propio nosocomio informaron a Salto Al Día que existen algunos funcionarios corruptos que venden los números a los pacientes lo que demuestra una clara maniobra sin control por parte de las autoridades del hospital.
Si no hay control en el hospital tampoco hubo control con la empresa de emergencias móviles Siemm, que entre 2013 y 2016 prestó servicios de traslados en forma tercerizada para el Hospital de Bella Unión, recetaba a sus pacientes medicamentos que debían ser retirados en la farmacia del centro público. Fue por una orden expresa de uno de sus propietarios, Marcos García (actualmente director del HRS), que al mismo tiempo cumplía funciones como director del propio hospital. Dichas recetas llevaban impreso el logo de la emergencia pública, y eran tramitadas como si hubieran sido expedidas en ese lugar.
Así había sido confirmado ante el Parlamento por Adriana Ferreira, que en esos momentos se desempeñaba como química farmacéutica de la dependencia de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) en esa ciudad.
De acuerdo a la crónica del portal Ecos.uy, Siemm está ahora en el centro de la investigación, ya que García y otros dos de sus propietarios fueron, en forma sucesiva, directores del Hospital de Bella Unión al tiempo que su empresa era contratada para prestar allí servicios de ambulancias.
