Predicar con el ejemplo

El director de la Escuela de Policía, comisario inspector Henry de León, ingresó a la fuerza en busca de un sueldo. Hoy lo considera una vocación y se le nota cuando habla con pasión de lo que considera un cambio cultural que se está produciendo en la formación de los cadetes y los agentes.

Por ejemplo, dice, cuando él entró a la fuerza los jefes mandaban a los alumnos a la calle pero los que daban la orden no salían. Hoy van todos y predican con el ejempo.
¿Cuántos alumnos hay hoy en la escuela?
Hay unos 500 alumnos. Acá teníamos dos carreras: la de subalterno y la de cadete para ser oficial de policial. Pero diseñamos un currículum de equivalencia de conocimiento y competencia. La carrera tiene cinco módulos, pero el primero es igual tanto para cadete como para agente. Los conocimientos como cadetes eran superiores al de agente, pero (el fallecido director nacional de Policía) Julio Guarteche me pidió un análisis académico y en 2015 propusimos amalgamar la ley orgánica policial y un diseño para que los módulos sean similares. Cuando el agente pasa al módulo dos es similar al del cadete y lo mismo para todos los módulos. Hacemos un llamado para cadete y tenemos entre 50 y 100 que van a ingresar, pero vienen 2.400 para 50 cupos. Y para personal subalterno hay unos 4.800 preinscriptos. Hay pruebas de ingreso, concurso de oposición y mérito y muchos quedan por el camino. Para cadete se pide bachillerato completo y para agente un piso de ciclo básico. Ahora el 15 de abril entran 270 alumnos para agente que son todos bachilleres. Queremos lograr un policía más profesional que se adecue a puesto de trabajo.
¿Qué es ser más profesional?
Proceder minimizando todos los riesgos posibles.
¿Cómo es eso de que hay quienes se quejan de que se practica poco tiro?
Un agente en el módulo uno que dura seis meses efectúa unos 700 disparos con armas policiales.
¿Y las exigencias físicas?
Ingresan con una prueba física y un examen médico y psicológico. El pliego especifica que se va a valorar físicamente.
Pero puede entrar y a los cinco meses engordó.
Puede pasar en todas las profesiones. Pero nosotros pedimos un test al inicio de cada módulo, para hacer el módulo dos a los seis meses deben hacer de nuevo una prueba física.
¿Las normas que hay para proteger al policía son buenas?
Tenemos que apegarnos al régimen de derecho. No somos quien para decir si está bien o mal, sino adaptarnos. No puedo dar una opinión, solo decirle que tenemos que adaptarnos al sistema legal.
¿El policía se siente seguro con las normas que hay?
Lo que hay que tener en cuenta es que cuando uno tiene conocimientos sólidos, se siente seguro. Hacia ahí van las policías del mundo. Cuando uno tiene conocimientos sólidos y la preocupación de tener claro hacia dónde ir, se va a sentir seguro. Para que se sienta seguro tiene que entrenar antes de salir y conocer la realidad. Y si conoce la realidad viene a hablar con el profesor y le plantea la realidad con la que se encontró. El estudiante se para distinto ante el profesor porque no hace lo que pasaba hace 20 años que el profesor nos decía todo y nosotros nos íbamos. El otro día vinieron alumnos a hablar con docentes, Alumnos que hicieron patrullaje, vigilancia, partidos de fútbol, e intercambiaron con el docente y eso ayuda a elevar el nivel del propio docente.
¿En que mejoró la Policía desde hace 10 años?
Yo fui formado en un sistema donde cuando egresé mis conocimientos no eran sólidos. Me hice en la cancha, en una seccional policial. Queda mal que lo diga yo, pero si tomamos conceptos de la realidad imperante y los traemos a la academia vamos a encontrar resultados porque se manejan en base a la realidad y no a teorías.
Hay más delitos y la gente se pregunta qué hace la Policía.
Eso excede los estudios, pero el delito es proactivo, dinámico. Lo que hacemos es presentar una Policía con un plan de estudio para mejorar sus resultados a largo plazo y trabajar sobre el escenario que estamos viviendo. No podemos hablar de porque pasa lo que pasa, sí diseñar una estructura para minimizar los riesgos.
¿La prevención es más importante que la represión?
La prevención es el leitmotiv del plan de estudios. Es lo más importante, y actuar con progresividad. Cuando uno está en prevención trae información que ayuda a mejorar el trabajo. Un ejemplo es que ahora no tenemos una asignatura que se llama Armas y Tiro como cuando yo me formé. Se llama Técnicas de entrenamiento con armamento, que no va sola, aislada, sino que va en consonancia de cómo evoluciona el servicio operacional para prevenir hechos y daños.
Un oficial me decía que no se necesitan más policías sino policías con más actitud. Y ponía el ejemplo de policías que están mirando el celular en hora de servicio.
El director de la Policía sacó una resolución que prohíbe el uso de aparatos celulares en el servicio. De acá sale con aparatos de comunicación del servicio y no con otros. En el plan de estudios está lo actitudinal. Estamos trabajando con gente desplegada en el servicio y esas conductas como las que mencionaba del celular las traemos acá y las analizamos. Fíjese que el reglamento de conducta imperante era de 1971 y en 2016 hicimos otro actualizado. Otra cosa que quiero decir es que cuando mando a un estudiante a la calle y no ve que son tareas que sus superiores hacen es difícil que cuando se den órdenes se entienda la magnitud de la orden. Todos van a la calle. Una vez por mes desplegamos a todos los alumnos en la calle, los que se iniciaron y los que están en los otros cuatro módulos.
Con el lanzamiento del patrullaje llamado PADO, ¿hubo que actualizar formación?
El ajuste tiene que ser constante. Y eso se hace analizando información por la vía de mandar a los oficiales a cumplir el servicio. Cuando yo me formé los instructores no hacían servicio, no iban a la calle a patrullar. Hoy desde mí para abajo salen a la calle todos los días y logramos que el instructor no se quede sino se recicle. Convertimos la escuela de Policía que era un ámbito cerrado en otra cosa. Las escuelas de Policía del mundo tienen una dicotomía entre la teoría y la práctica y que tiene que ver que lo que se enseña en la academia genera frustración en el alumno porque ve que no es lo mismo. Ahora tenemos al alumno cuestionando al docente acerca de la diferencia entre teoría y práctica. Que el alumno vea que los mandos salen con ellos, genera un estado que luego se convierte en un mensaje multiplicador de actitudes porque se formaron de esa manera. Es un cambio cultural.
¿Se nota el que viene por el dinero como un trabajo más y el vocacional?
Yo entré en el 97 como cadete porque no tenía vocación, quería mejorar mi situación y lo vi como una posibilidad de trabajo. Luego me gustó y tengo vocación. Es difícil que con 18 años vengan con vocación. Puede ser que sean de familia de policías, Pero nosotros les decimos a la gente que no diga que viene por vocación si lo que necesita es un sueldo. Julio Guarteche nos decía que cuando nos preguntan en qué trabajamos decimos soy policía, no decimos trabajo como policía, porque uno va enquistando su vocación
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