Una encuesta de la empresa Opción Consultores realizada en diciembre pasado revela que el 78% de los uruguayos apoya la aplicación de la cadena perpetua para los delitos excepcionalmente graves. El 13% se muestra en desacuerdo y el 9% no tiene opinión formada.
En la investigación fueron interrogadas 600 personas mayores de 16 años en todo el país.
En cuanto a la pena de muerte para el mismo tipo de delitos, el 45% de los encuestados se manifestó en contra, el 43% a favor y el 12% no tiene opinión formada. La pena de muerte fue abolida en Uruguay en 1907.
El visto bueno a la pena de muerte es más frecuente entre los encuestados más jóvenes (16 a 34 años) y de mediana edad (35 a 59), mientras que entre aquellos de más de 60 años prevalece la postura contraria a este tipo de penas.
Dividido en estrato económico, en los niveles más bajos predomina la postura a favor de este tipo de penas. La tendencia se revierte en los sectores medios y altos, donde predomina la postura contraria.
El estudio advierte que el relevamiento fue realizado tras los asesinatos de las niñas Valentina Walter y Brissa González, de forma que la encuesta «recoge seguramente los impactos de estos hechos delictivos y los posteriores debates suscitados y como tal debe ser interpretada».
El senador del Partido Nacional Jorge Larrañaga presentó esta semana un proyecto de ley para instalar la cadena perpetua para delitos que presenten «una violencia reñida con la esencia humana». El proyecto, de tres artículos, prevé la creación de una nueva figura penal, la «reclusión permanente revisable», para los casos de homicidio con previa violación o abuso sexual, para los casos de sicariato (homicidio por precio o promesa remuneratoria), y para los homicidas reincidentes.
Al respecto, el ministro de Interior, Eduardo Bonomi, dijo en entrevista con La Diaria: «Yo creo que es un error, es la nada. Hay países que ya la tienen, y también la pena de muerte, y lo único que tienen es una cantidad de presos más grande que Uruguay y ninguna seguridad. Me parece que es desconocimiento. Y después hay otros que saben y presentan lo que quieren».
En 2016 se produjeron 265 asesinatos y en 2017, 283. En lo que va de este año se registraron al menos 55.