Operación rescate

Operativo para extraer aeronave de la Fuerza Aérea de aguas de la Playa Mansa comenzó 6.30 de la mañana de este sábado. La nave ya fue reflotada y retirada por medio de una grúa.

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Sobre las 6 de la mañana comenzó el operativo de rescate del avión de la Fuerza Aérea Uruguaya que ayer tuvo que efectuar un amerizaje forzoso sobre la parada 25 de la Mansa de Punta del Este tras haber sufrido problemas con el motor.

Un barco balizador, el ROU 21 Sirius y otra embarcación con buzos comenzaron las maniobras para hacer flotar el avión Cessna T-41D «Mescalero» FAU 603 en el que viajaban tres tripulantes (un piloto, un copiloto y un bombero), para así poder sacarlo del agua. El avión, que pesa unos 1.100 kilos se encontraba hundido entre 50 y 100 metros de distancia de la costa, a unos tres metros de profundidad.

Una vez inflados los flotadores el avión emergió y allí fue levantado con una grúa para colocarse sobre la cubierta del barco. En total el rescate demoró tres horas.

Ayer, los tripulantes se encontraban volando tras haber finalizado la patrulla por la costa controlando eventuales incendios cuando sobre las 16 horas se encontraron con el problema.

Los pilotos efectuaron los cálculos para ver si podían virar hacia derecha y alcanzar la única pista a mano que estaba ubicada en el aeropuerto departamental de El Jagüel y que incluso podían verla desde su ubicación. Pero ambos se dieron cuenta que no podrían llegar hasta allí y que tampoco podían aterrizar sobre la parte urbanizada del balneario, ya que no tenía una zona libre y amplia para hacerlo.

Por lo que solo les quedaban dos opciones: tratar de aterrizar en la playa o amerizar en la bahía de Maldonado. A esa hora de la tarde la zona de amerizaje contaba con dos cruceros fondeados: se trataba del MSC Poesía y del Emerald Princess, dos gigantes de más de 200 metros de eslora. Por el otro lado, las playas estaban atestadas de turistas, por lo que el piloto decidió bajar en el mar a corta distancia de la costa, aunque tampoco tan cerca como para caer sobre los bañistas.

Debían colocar el avión en un lugar no muy profundo para poder salir a flote, una vez en el agua, con los monos de vuelo y las botas puestas, las prendas que se usan para volar. Y lograron hacerlo con éxito: una vez que tocaron el agua, los tres tripulantes fueron rescatados y solo sufrieron algunos golpes leves.

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