Descuartizan dos niños en Porto Alegre, en nombre de la fe

Un empresario habría pagado para sacrificar a dos niños para tener prosperidad. Un policía dijo que Dios aclaró el caso.

El caso es tan macabro que parece salido de una novela de terror. Sacrificios humanos. Niños descuartizados. Rituales satánicos. Todo ocurrió en la zona metropolitana de Porto Alegre y aún no ha sido aclarado por completo.

Los primeros restos de los cuerpos de los niños fueron encontrados a comienzos de setiembre de 2017 en Novo Hamburgo, una ciudad de unos 250.000 habitantes a 40 kilómetros de la capital gaúcha. Los forenses establecieron que se trataba de un niño de entre 8 y 10 años y de una niña de entre 10 y 12. Ambos eran hijos de la misma madre, pero no del mismo padre.
Tenían mucho alcohol en la sangre. Más restos se encontraron en los días siguientes, pero hasta ahora no se ha logrado ubicar ninguno de los cráneos.

La investigación del caso se prolongó durante meses. En los primeros días de enero, la policía dejó a todo el mundo con la boca abierta al anunciar que los niños habían sido sacrificados en una ceremonia satánica.

El ritual habría sido pagado por un empresario para obtener prosperidad y realizado por un brujo de cierto renombre, Silvio Fernandes Rodrigues, director de un lugar de culto llamado Templo de Lucifer, ubicado en Gravataí, en las afueras de Porto Alegre.

La policía dijo creer que los niños fueron traídos especialmente desde Argentina para ser sacrificados. Se piensa que fueron canjeados por un camión (que era robado) en una zona pobre de la provincia de Corrientes. Sin embargo, esto no ha logrado ser probado y la identidad de los niños continúa siendo un misterio.

La Justicia brasileña decretó la prisión preventiva de siete personas acusadas de estar implicadas en el crimen.

Uno de ellos es quien está acusado de haber pagado por el ritual satánico: el empresario Jair da Silva, quien le habría abonado 25.000 reales (algo menos de 7.800 dólares) al sacerdote satánico Fernades para que hiciera el sacrificio destinado a mejorar su suerte en los negocios. Los restos desmembrados de los niños fueron encontrados frente a una propiedad de Da Silva.

Conseguir a los niños había sido tarea del empresario, quien dos veces fue electo edil suplente en Novo Hamburgo (en 2004 por el PT y en 2012 por el PMDB). El satanista le habría exigido a Jair Da Silva que los niños a sacrificar fueran hermanos. Da Silva le habría encomendado conseguirlos a uno de sus empleados, el argentino Jorge Adrián Alves. Según la versión policial, éste los trajo desde su país.

Alves está prófugo.

También fueros apresados otros dos participantes del ritual, uno de ellos hijo de Da Silva, y el “maestro Silvio”, quien habría sido el ideólogo de la ceremonia y su ejecutor material.

El sitio web del Templo de Lucifer ha sido dado de baja en los últimos días. Según ha informado el diario Jornal de Novo Hamburgo, en su web el “maestro Silvio” presentaba como uno de los cuatro mejores magos del mundo y un adorador de Satanás, bajo cuya protección -prometía- se puede gozar de una vida mejor. También decía haber sido condecorado por las Naciones Unidas.

En YouTube todavía se pueden encontrar varios videos de Silvio Fernandes Rodrigues hablando de satanismo e incluso una entrevista que le realizaron en History Channel.

Los Da Silva y el “maestro Silvio” niegan haber tenido algo que ver con muerte de los niños.

El socio de Jair Da Silva, Paulo Ademir Norbert da Silva, también es buscado por la policía porque también habría ayudado a financiar el crimen.

El 9 de enero, el segundo titular del departamento de homicidios de la policía de Novo Hamburgo, Moacir Fermino, dio una conferencia en la que mostró algunos elementos usados por el satanista Silvio en su templo: capas negras y una máscara de lobo.

Sostuvo que el “maestro Silvio” es un especialista en sacrificios infantiles y manifestó que ya había perpetrado otros crímenes rituales “con otras personas y varios niños” en otros lugares del país.

Pero la conferencia de prensa llegó a los titulares de la prensa porque Firmino dijo que la solución del caso “fue dada por Dios”. Según el policía, una visión “del más allá” llevó a la policía a dar con un testigo clave.

Las declaraciones de Fermino provocaron múltiples críticas y dudas sobre la resolución del caso. Unas horas después, el director del Departamento de Policía Metropolitana, Fabio Motta Lopes, en otra conferencia dijo que no estaba de acuerdo con los dichos de Fermino, pero que Brasil es un país libre y todas las creencias son respetadas: “No perjudica en nada al caso, porque hay testimonios y pruebas técnicas”.

De todos modos, al otro día regresó de su licencia el titular del departamento de Homicidios de Novo Hamburgo, Rogério Baggio Berbicz, y se hizo cargo de la investigación.

Mientras tanto, el abogado del “maestro Silvio” ha pedido su liberación, señalando que no hay pruebas contra su cliente. Agregó que el testigo en el que se basa la policía es una persona con antecedentes penales.

Rogério, sin embargo, defendió la investigación. Relató que un testigo ha descripto con detalles lo ocurrido: “El brujo con una capa con detalles rojos y los demás con capucha, en un semicírculo, delante de un niño tambaleante y una niña acostada. Y uno de los participantes dijo que estaban en un ritual de prosperidad”.

El policía acusó de mentir al abogado de Silvio Fernades por afirmar que ni siquiera se realizaban sacrificios de animales en el Templo de Lucifer. “Fueron confiscadas fotos con animales cortados y personas untándose con sangre. Eran bueyes, gallos, gallinas”.

Rogerio le pidió al juez que extienda el plazo de la prisión preventiva por otros 60 días, de modo de poder contar con más pruebas. Entre las diligencias que aun no se han concluido está el análisis de una supuesta mancha de sangre en una de las capas del brujo y las llamadas telefónicas de los acusados.

La justicia debía resolver hoy si accedía al pedido.

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