Me explicaba un amigo el concepto de la pirámide de Kelsen y como se utiliza para relacionar el conjunto de normas jurídicas, en forma escalonada, basado en el sistema de jerarquías dentro de un sistema de ordenamiento jurídico. Esto es, la Constitución en el primer escalón, luego las leyes, los decretos y los reglamentos, y así sucesivamente en una escalera de arriba hacia abajo.
Por lo tanto, es casi de comprensión escolar entender que ninguna norma departamental, búsquesele la redacción que se le busque, servirá para sustituir una ley nacional y específicamente en este tema del transporte, no hay retoques posibles para limitar el derecho absoluto de los niños a viajar en el transporte departamental en forma gratuita al centro educativo que elijan sus padres.
A esta altura del siglo XXI discutir el derecho de los niños a viajar a la escuela que quieran en el transporte público, remite la existencia al pensamiento presocrático, cuando la imaginación y la mitología pretendían explicar al mundo y al hombre.
De la misma manera, para algunos ediles del Frente Amplio, el universo que componen el interés de las empresas de transporte y su fuerte relación institucional con la intendencia de Colonia, resulta una verdad tan evidente, como lo era mitología para los antiguos griegos.
Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Heráclito, Parménides, Anaxágoras y Empédocles entre otros no se denominaban a sí mismos filósofos, pero con ellos se inaugura la filosofía como paradigma racional, esto es, ”logos, la razón, que terminó desalojando la religión, el rito y el mito”.
El rito del poder de las empresas de ómnibus y de la intendencia, se impuso este viernes una vez más, sobre la razón de una ley nacional que establece claramente la gratuidad del transporte estudiantil. Sócrates, quién bebió la cicuta tras ser condenado por el tribunal ateniense al encontrarlo culpable de introducir nuevos dioses y corromper la moral de la juventud, seguramente habría sido condenado aquí también, en Colonia, por un tribunal con mayoría de ediles del Frente Amplio.
En el punto seis del Orden del Día figuraba el Proyecto de Decreto por el que modifica el artículo 5º de la Ordenanza de Transporte Gratuito de Escolares de Colonia.
Esto es, mediante una modificación de la ordenanza municipal, el Frente Amplio propuso que se establecieron algunas excepciones, para que los estudiantes colonienses puedan hacer uso en forma gratuito, de un derecho que tienen adjudicado por ley nacional.
La Comisión de Tránsito y Transporte no compartió modificar la normativa, los de Comisión de Cultura, Deportes y Juventud, se sacó el lazo y mando la propuesta a la Comisión de Legislación y Régimen, quien dijo compartir el espíritu del proyecto, y entonces le hizo una nueva redacción.
Con la firma del edil socialista José Manuel Arenas como cara visible del Frente Amplio en la Comisión de Transporte y la edil Tatiana Aristegui en Sala, lo que se argumentó es que “se establecen como excepciones al Art. 4 las siguientes circunstancias: 1) en caso que la primera escuela no sea de la modalidad a la cual concurre el niño, Tiempo Completo, tiempo extendido o común, o este no pueda inscribirse en aquella por estar cubierta su capacidad locativa, b) en caso de que el niño concurra a un centro de estudio especial, deberán estas excepciones ser acreditadas mediante documentación expedida por la autoridad competente. El beneficiario tendrá derecho a ser trasladado a la escuela que le corresponda.
Esto no rige para los alumnos de cursos nocturnos o especial.
Mientras los ediles blancos sonreían porque en definitiva el Frente Amplio terminaba en este tema alejándose del logos par sumar sus votos al mito, la edil frenteamplista Tatiana Aristegui explicó la postura de la bancada “nosotros entendemos que es de recibo la modificación que propone la comisión de legislación ya que en forma expresa no modifica el intento de ampliación del derecho al transporte publico de los escolares y por lo tanto estaríamos aceptando esta modificación”, dijo.
Martín Pérez, colorado él y libertario, se mostró contrario a votar esta modificación adjudicando razones de la libertad del individuo “los que creemos en la libertad, sin perjuicio de las buenas intenciones del estado, la intendencia, etc, creemos que las libertades del individuo están por encima de cualquier regulación que pueda hacer el Estado. En este caso los padres tienen la libertad y ésta, está por encima de las regulaciones del Estado, por lo tanto no se puede limitar la decisión del padre” señaló. Luego diría a EL ECO “es el único departamento del país donde los padres no pueden enviar a sus hijos a estudiar a la escuela que quieren”.
La bancada del frente Amplio de Colonia parece decirle al intendente, y asumir, lo decía el genial Groucho Marx, “tengo estos principios pero si no les gusta tengo estos otros”, o como señalaba el otro Marx, el más salado, completando a Hegel “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”.
Sin dudas, este último acto de la bancada del Frente Amplio con el tema del boleto estudiantil, desbarrancó en farsa largamente anunciada.
Con dos intimaciones del Ministerio de Transporte y Obras Públicas a las empresas de ómnibus de transporte de Colonia, intimaciones que debieron ser respetadas y que quebraron la unidad de pensamiento del eje compañías de ómnibus-intendencia de Colonia, la bancada de ediles del Frente Amplio siguió en la tesitura de que “algo” se les tiene que cobrar. Entonces, en lugar de pugnar por hacer respetar a rajatabla la gratuidad y la libertad de lección de los padres, según lo establece la Ley Nacional, buscó vericuetos legislativos que, a vía de excepción, aseguren aunque sea a algunos grupos de escolares, el transporte gratuito para el próximo año.
Algo así como hacerle la venia a Moreira y a las empresas del transporte departamental a cambio de resignar las banderas propias.
El proyecto venía de la Comisión con la firma del socialista José Manuel Arenas, principal alineado con Moreira en el derecho de las empresas a cobrar el boleto a los escolares, junto a la también frenteamplista Claudia Luzardo y los blancos Martín Avelino y Agustina Durquet.
Presurosos, los blancos levantaron sus manos para apoyar la propuesta frenteamplista que, en su génesis, hace una venia al intendente y acata el poder de las empresas de ómnibus colonienses.
Meses atrás dos madres, cada una por su lado, lograron hacer prevalecer la ley nacional en Colonia y pudieron obtener el derecho a enviar a sus hijos a la escuela que eligieron, previo espaldarazo de la Dirección Nacional de Vialidad del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
En la bancada del Frente Amplio de Colonia, todavía no se enteraron de esto.