Competencia «envenenante»

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Se pidieron seis meses más de seguro de paro para 150 integrantes. Las trabas argentinas a sus productos y una competencia «envenenante».

«Hasta Puglia les está haciendo propaganda gratis en sus almuerzos, porque quiere la marca. Es de esos sellos nuestros, como lo fue ONDA o lo es Conaprole. Son marcas país».

Así elogió en el Parlamento el presidente del Fondo Nacional de Desarrollo (Fondes), Gustavo Bernini, las cualidades de la producción de la Cooperativa de Trabajadores Cerámicos (CTC), el proyecto industrial nacido en Empalme Olmos a partir de los restos de Metzen & Sena.

La empresa, con mucha historia y motor económico de la zona, es además la única fabricante de cerámicas en el Uruguay.

Sin embargo el proyecto, pese a las bondades de sus productos, enfrenta a corto plazo un futuro con muchos nubarrones.

«Estamos pasando por un momento financiero complicado», admitió su presidente, Jorge González, ante los integrantes de la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados.

Junto con sus compañeros, el cooperativista planteó un pedido concreto: el otorgamiento de un seguro de paro especial, por seis meses más, para 150 de los 200 trabajadores de la empresas.

Sería un «auxilio» y un «desahogo,» según lo describió González, para una empresa afectada por problemas en el acceso a los mercados internacionales y la falta de capital de trabajo.

Olmos abarca cerca del 35% del mercado local de sanitarios, una cifra absolutamente insuficiente para asegurar el sostenimiento del proyecto.

Es por eso que, en los cuatro años y medio que lleva abierto el emprendimiento, la mira estuvo puesta en Argentina donde, pese al excelente concepto del que gozan, sus productos enfrentan numerosas trabas debido al fuerte «lobby» de sus competidores en ese país.

Un pedido pronto desde el 30 de agosto por US$ 71 mil espera su ingreso a ese destino, bajo el argumento de que el Instituto Nacional de Alimentos de Argentina exige que todo producto que esté en contacto con alimentos no tenga componentes tóxicos, como plomo o cadmio.

La producción de Olmos no tiene esos elementos, que es lo que le agregan en China a los procesos productivos.

Pero la autorización del organismo del vecino país no llega. En total, Olmos tiene parados US$ 312 mil en pedidos que Argentina, por esta y otras causas.

Y la forma en que Olmos fabrica sus productos dio pie a los trabajadores para poner sobre la mesa la situación que enfrentan a nivel local, con la competencia de productos extranjeros más baratos pero que no reúnen las condiciones que, en otros países, sí se les exigen a los uruguayos.

Luis Greco, otro de los integrantes de la directiva, contó que, a través de recorridas por distintos bazares, «desde el más top hasta el más popular», los cooperativistas compraron algunos artículos de origen extranjero similares a los que ellos fabrican.

Diversos análisis realizados en laboratorios internos y externos indicaron niveles de plomo y cadmio «tan altos que podemos decir que son envenenadores», afirmó.

«No hablamos de un simple grado de toxicidad, sino de niveles cien veces más altos que el permitido por la normativa del Mercosur», señaló.

Algo parecido sucede con los artefactos sanitarios. Los inodoros de Olmos son de alta eficiencia, lo que permite el vertido de 4,5 litros de agua por descarga. «·Una innovación que desarrollaron nuestros compañeros en este período de cooperativismo,» destacó y agregó que eso implica un ahorro sustancial en el consumo.

Greco lamentó en ese sentido la ausencia de una normativa que le exija a los productos extranjeros una disposición similar. «No estamos pidiendo proteccionismo, porque sabemos que no se puede implementar, pero sí que se tomen medidas para que exista reciprocidad», sostuvo.

El peso del Estado, la herencia y las alternativas

A inicios del proyecto, Olmos recibió del Fondes unos US$ 13 millones. El aporte del Estado a empredimientos cooperativos de este tipo divide aguas a nivel político. Algunos sectores de la oposición reclaman, y las cifras pueden darles la razón, de que estos préstamos serán «incobrables».

Pero, según detallaron los cooperativistas ante el Parlamento, el mismo Estado que los apoyó también es, en parte, una de las causas principales de sus dificultades.

En ese sentido afirmaron que, en los cuatro años y medio que llevan funcionando, llevan pagados más de US$ 2 millones a UTE, US$ 51 mil a OSE, US$ 95 a Antel, US$ 387 mil al Banco de Seguros, US$ 1,7 millones a la Dirección General Impositiva, US$ 2,7 millones al Banco de Previsión Social (BPS).

En relación al costo de la energía necesaria para poder producir, entre gas y fuel oil se desembolsaron casi US$ 11 millones.

El PIT-CNT dejó en claro ante el Parlamento el respaldo absoluto a la empresa autogestionada.

«Los compañeros están en una batalla campal para sostener la cooperativa», afirmó el secretario general del sindicato de la construcción, Oscar Andrade.

El dirigente reseñó, a modo de destaque, las distintas alternativas que los trabajadores de Olmos están intentando para asegurar la superviviencia del proyecto.

Una es poder venderle arcilla a ANCAP, lo que implicaría un nuevo ingreso a mediano plazo. También están a la búsqueda de acuerdos con empresas de hormigón premezclado para vender la molienda de material que queda imperfecto.

Andrade señaló que Olmos había apostado al publicitado «cambio de la matriz energética,» que implicaba el proyecto de la regasificadora, lo que le habría implicado el ahorro de decenas de miles de dólares al mes. Una circunstancia que, al no darse, obligó a «redibujar» el proyecto con costos de energía superiores.

El dirigente sindical habló a su vez de la carga heredada por la cooperativa con respecto a las deudas dejadas por Metzen & Sena, entre ellas un adeudo con el BPS por más de diez años, lo que implica por otra parte que algunos de los trabajadores, sobre todo los que están en régimen de AFAP, tienen dificultades porque los exdueños nunca pagaron. «Eso no es recuperable», dijo Andrade.

Además, sostuvo que las deudas del emprendimiento anterior con Ancap y UTE son «gigantescas».

Andrade llamó a tener en cuenta lo que implicaría un cierre de la empresa desde el punto de vista social. «Para Empalme Olmos 200 familias son muchísimo», graficó.

También indicó que muchos de los operarios son ceramistas, siendo el único oficio que tienen. «Si cierra, no hay otra igual en el país. No podrían trabajar en otro lado porque es la única empresa de cerámica blanca que en el Uruguay», sostuvo.

Pelean como locos

El Fondes ya no tiene forma de darle más dinero a CTC porque se le otorgó todo lo que se había aprobado, explicó Bernini ante el Parlamento.

Un préstamo que el presidente del Fondo tiene escasas esperanzas de recuperar. «No pagaron y, por lo tanto, lo previsionamos a pérdida» informó el martes ante la comisión de Cooperativismo de Diputados.

La cooperativa, prácticamente, no cuenta con garantías, ya que el predio en en el que funciona no es de su propiedad sino de un fondo de inversión. Bernini coincidió con los trabajadores en que se trata de un problema de mercado y no de sustentabilidad.

«Durante el gobierno de los K no tenían forma de ingresar con sus productos. Luego, con los Macri y pese al discurso liberal, los productos están más trancados que con los K», aseguró, La razón, explicó, es el fuerte lobby empresarial que existe desde el lado argentino.

«Desde Lescano para abajo todo el mundo se mueve para destrancarle cada embarque que mueven», aseguró en referencia a las gestiones oficiales destinadas a resolver esa situación. En ocasiones, las exportaciones llegan a estar retenidas por hasta 120 días.

Lo que está haciendo el Fondes es extenderle créditos «puente», adelantándole dinero contra la cesión del cobro por las exportaciones.

«En Argentina aún queda gente muy fiel a Olmos, pero si no se cumple con las entregas, más allá que no sea por voluntad propia, los clientes buscan otro proveedor», dijo.

Bernini ratificó la denuncia de «competencia desleal» presentada por los trabajadores. Mencionó el caso de la marca argentina Ferrum que, por un exceso de producción en su país, empezó a vender sanitarios en Uruguay a un precio mucho menor que lo que le costó fabricarlos.

El presidente del Fondes reclamó un decreto que prohíba el ingreso de productos con cadmio y plomo. «En algunos lugares del mundo eso es un delito, pero acá los traemos», lamentó.

Destacó en ese sentido el esfuerzo que hicieron los cooperativistas por reducir costos. De los US$ 2 millones por mes que necesitaban vender para llegar al punto de equilibrio, hoy se bajó a US$ 400 mil, cuando el promedio de facturación.

«La pelean como locos,» dijo, afirmando que la preocupación radica en el impacto que podría provocar el hecho que la fábrica deje de producir. «La están peleando y les estamos dando una mano dentro de lo que podemos».

Compras estatales

En el Parlamento está a estudio un proyecto de ley, presentado por el Frente Amplio, que establece que un determinado porcentaje de las compras del Estado beneficien a la economía «social y solidaria». Esa alternativa podría significar que Olmos asegure su supervivencia.

El planteo de los trabajadores dio pie a que la diputada Lilián Galán (MPP) hablara de la necesidad de su rápida aprobación.

La legisladora se mostró de acuerdo con que se otorguen subsidios para financiar este tipo de emprendimientos, determinantes para las actividades territoriales en algunas zonas del país.

«Muchas veces nos asustamos al hablar de subsidio para este tipo de proyectos y, por otro lado, tenemos que grandes subsidios por la ley de inversiones a empresas transnacionales que no cuestionamos», afirmó.

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