La empresa francesa Navya marcó un punto de inflexión en Las Vegas el pasado miércoles, 8 de noviembre, al poner en funcionamiento el primer autobús autónomo. Sin embargo, su estreno acabó resultando fatídico puesto que el vehículo sufrió un accidente en la primera hora de servicio.
De acuerdo con la emisora local de radio KSNV News 3, un camión de reparto colisionó levemente con el mini autobús robotizado dando marcha atrás puesto que su conductor no se percató de la presencia del vehículo. Los ocho pasajeros y el conductor humano que supervisa los trayectos del transporte autónomo salieron ilesos.
En cuanto a la responsabilidad del incidente, un portavoz de la federación de clubes de automóviles American Automobile Association (AAA), que se está encargando de analizar el comportamiento de los conductores con estos vehículos, publicó un comunicado en el que esclarece las causas del mismo y exime de culpa al vehículo que monta la tecnología de Navya.
«El transbordador hizo lo que se suponía que debía hacer, ya que los sensores registraron el camión y se detuvo para evitar el accidente. Lamentablemente, el camión de reparto no se detuvo y rozó el parachoques delantero».
Tras ello, los responsables del proyecto cancelaron el servicio durante todo el día para reparar los desperfectos, antes de volver a estar disponible para los usuarios durante los próximos 12 meses. Las primeras pruebas piloto, no obstante, comenzaron el pasado mes de enero.
Cabe recordar que Navya, a través del gigante de transportes privado Keolis, ofrece un servicio gratuito de transporte sin conductor entre las calles de Fremont Street, Las Vegas Boulevard y Eighth Street, un breve recorrido urbano de aproximadamente un kilómetro de distancia. El minibus está equipado con tecnología LiDAR, GPS y cámaras a fin de realizar una conducción segura.
Se espera que el proyecto, patrocinado por AAA Northern California, Nevada y Utah, lleve en un año a 250,000 personas para combatir las muertes en carretera. La AAA aseguró que el error humano fue responsable de más del 90% de los 30,000 fallecidos en las vías estadounidenses en 2016.