La solución presentada por el alcalde de Sao Paulo (Brasil), Joao Doria, para erradicar el hambre entre la población no ha sido muy bien recibida. Apodada ‘comida de perro’, la ‘farinata’ o harina creada para tal misión ha generado una controversia por la forma y el fondo.
Con aspecto de pequeñas bolitas irregulares parecidas al la comida de los animales, de ahí el apodo, el producto está elaborado a partir de alimentos al borde de la caducidad y que son descartados en los comercios.
La apariencia tiene solución. El fabricante Plataforma Sinergia en la presentación lo mostró otros formatos con forma de espaguetis, harina y galletas, Ni rastro del criticado granulado. Pero el fondo ha sido duramente criticado.
Presentadas durante la sanción de una ley municipal para la erradicación del hambre hace una semana, Doria calificó las bolitas como «alimento bendito» y defendió su distribución inmediata para personas con menores recursos: «Es un alimento completo». «A partir de octubre comienza su distribución gradual para ofrecer a las personas que tienen hambre», incluso en las escuelas, anunció.
La portavoz del Consejo Regional de Nutrición, Vivian Zollar, ha mostrado su desacuerdo al considerar que la utilización de este tipo de alimento exige «una amplia discusión, incluso con la sociedad», subrayando que en la implementación de estas políticas no puede dejarse de lado el factor social. «Cuando le ofrecemos un granulado a personas con menos recursos estamos ampliando una situación de desigualdad social», dijo a los medios.
El Consejo Regional de Nutrición emitió un comunicado cuestionando una propuesta que considera contraria a los principios del derecho humano a la alimentación adecuada y constituye «una falta de respeto a los avances obtenidos en las últimas décadas en el campo de la seguridad alimenticia» además de mermar la dignidad de las personas.
Rosana Perrotti, representante de la Plataforma Sinergia, rebatió las críticas y garantizó que la ‘farinata’ cumple con todas las certificaciones requeridas por la legislación brasileña y que ha sido desarrollada con una tecnología única en el mundo que aumenta la longevidad de los alimentos, haciendo posible reutilizar productos a punto de caducar garantizando, al menos, dos años más de vida.
En el estado de Sao Paulo hay un millón y medio de personas en situación de inseguridad alimenticia, según datos de 2013 del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas. En Brasil, la cifra asciende a 7,2 millones.