Sara Cerezo, una ciudadana española de 27 años que vive en San Martín, ha lanzado un estremecedor mensaje, a través de la red social Facebook, pidiendo auxilio a sus contactos tras el paso del devastador huracán Irma.
«Estamos vivos hoy, pero si no nos sacan de aquí, no sé cuánto vamos a aguantar. La calle es la guerra. La gente se mata. Se matan a tiros, a cuchillazos, por una botella de agua, por un trozo de pan… La gente está desesperada. No hay comida, no hay agua, no hay gasolina. Solo les queda matarse entre ellos», narra la mujer.
En la grabación, en la que se aprecia cómo su casa en la isla ha quedado completamente devastada, esta odontóloga de Córdoba (Andalucía, sur de España), explica que no están seguros en el país y pide desesperadamente ayuda para que los saquen de San Martín. Además, denuncia que la información que se está dando de San Martín no es cierta.
«No hay diez muertos, hay miles de muertos. Están flotando los cadáveres en las calles, en el mar, en todos los sitios», asegura Sara Cerezo, que añade: «La información que estáis recibiendo no es verdad, los muertos no son verdad, la protección no es verdad. No tenemos nada. Por favor, estamos desesperados, que vengan a ayudarnos».
En declaraciones posteriores al diario local ‘El Día de Córdoba’, la mujer española explicó que todavía no sabe cómo consiguieron salir con vida del huracán Irma. Además, aseguró que no podían dormir, «porque tenemos que proteger nuestras casas, por eso hacemos guardia por las noches».
El huracán Irma se encuentra desde el domingo en EE.UU., donde ya ha impacto en los llamados Cayos Menores, pertenecientes al Estado de Florida. A pesar de que el ciclón ha ido perdiendo intensidad hasta rebajarse a categoría 1, más de 6 millones de personas han sido evacuadas en Miami, donde muchas calles ya están inundadas. De momento, Irma ha dejado al menos 40 muertos a su paso por las islas del Caribe y Florida: En Cuba, la fuerza de Irma dejó numerosos daños materiales y las autoridades han confirmado 10 muertos.
A su paso por Barbuda, el huracán destruyó el 90% de las instalaciones de la isla, después de lo cual sus autoridades afirmaron que ya «no es apta para la vida».
En Puerto Rico unas 600.000 personas se quedaron sin electricidad y 50.000 sin agua potable.
El ciclón también arrasó la isla de San Martín, donde causó destrozos en el famoso aeropuerto ubicado a escasos metros de una playa.
En República Dominicana dejó más de 19.000 personas desplazadas, 2.238 viviendas afectadas y 103 destruidas, así como 17 comunidades incomunicadas.