«Por trabajar solamente una noche me gané 10 palitos» escribió en su cuenta de Facebook Nicolás, un joven de 19 años del barrio 40 Semanas que había trabajado horas extra en el puerto de Montevideo para hacerse algunos pesos. Y aunque no fue en una sola noche como lo ostentó en redes, esos $ 10 mil los hizo trabajando.
Algunas horas más tardes de esa publicación, sobre la 1.30 de la madrugada del pasado lunes, el cabo de la Policía Wilson Coronel moría víctima de un asalto a una pizzería de 26 de Marzo y Buxareo, en la que trabajaba como guardia de seguridad. El botín del robo fueron $ 10 mil.
Las imágenes del crimen del policía, que quedaron registradas por una cámara de seguridad del local, no tenían la calidad suficiente para mostrar un rostro definido de los autores. Tampoco los testigos eran capaces de describirlos más allá de la ropa que llevaban puesta, lo que dificultaba el trabajo de los investigadores.
Sin embargo, la difusión que tomó el caso, la coincidencia entre los montos, y la cercanía en el tiempo entre la publicación de Nicolás y el crimen contra Coronel llevaron a que el joven fuera señalado como uno de los autores de la rapiña. Con ese dato la Policía salió en su búsqueda, pero su nombre se filtró y antes de que fuera detenido, ya había cientos de personas escribiendo insultos y amenazas en su publicación de Facebook.
«Fueron los 10 palos más caros que vas a tener si fuiste vos el que mataste al policía hdp», publicó un usuario de Facebook. «Que miseria será tu vida que no te importa la vida de otra persona, que era padre de flia, hombre, hijo, hno… en fin un ser humano ¡! Te mereces aparecer ‘ahorcadito’ en la cárcel y con un palo en el culo. Hijo de Puta!», escribió otro.
Las imágenes con el rostro de Nicolás, su nombre y apellido y un link que dirigía a los usuarios al perfil del joven fueron compartidos por varios usuarios en Facebook. Y aunque horas más tarde el texto que desencadenó el mal entendido fue borrado, los internautas optaron por continuar con los insultos y las amenazas en otras publicaciones. El daño estaba hecho.
«Negro hijo de puta ya vas a pagar», «La puta de tu madre con quién se revolcó para tener semejante mierda», escribieron otros usuarios.
Sin embargo, según supo El Observador, los investigadores lograron probar que Nicolás estaba trabajando en el puerto en el momento en que ocurrió el crimen. Hizo el trámite para acceder al predio, mostró su cédula y marcó tarjeta. Las cámaras también lo registran trabajando en el lugar, y su jefe corroboró la coartada en el juzgado.
Entre los detenidos por este caso también estaba un primo de Nicolás, que fue señalado por él, su pareja y otro familiar. Consultado sobre por qué había apuntado contra su primo, Nicolás dijo que fue presionado por policías durante el interrogatorio para hacerlo.
Todas las personas negaron vinculación con el crimen y la única pista presentada por la Policía era una publicación de Facebook que la justicia probó que nada tenía que ver con la rapiña en la que murió Coronel. Además, los testigos que estaban en el lugar en el momento del robo tampoco lograron identificarlos cabalmente.
Por eso, la jueza del caso, Marcela Vargas, debió liberar a todos los detenidos y comenzar de cero la investigación, ya que estuvo 48 horas siguiendo una pista falsa.