Descubren que está matando a las abejas

Las abejas trabajadoras y reinas expuestas a niveles de neonicotinoides mueren antes, reduciendo la salud de toda la colonia, asegura un estudio llevado a cabo por los biólogos de la Universidad de York.

Los investigadores también se sorprendieron al descubrir que el polen contaminado por neonicotinoides recogido por las abejas no provenía de cultivos procedentes de semillas tratadas con neonicotinoides, sino de plantas que crecían en zonas adyacentes a esos cultivos.

El papel de los insecticidas neonicotinoides en las muertes de colonias de abejas en Ontario y otras partes de América del Norte ha sido controvertido. Algunos críticos rechazaron los estudios que encontraron efectos negativos sobre el comportamiento de los trabajadores y la salud de las colonias como poco realistas, lo que sugiere que las abejas estuvieron expuestas a dosis más altas de pesticidas durante mucho más tiempo de lo que se ha encontrado en el campo.

«Este debate sobre la exposición realista de campo ha estado sucediendo durante mucho tiempo. Necesitábamos un seguimiento de la temporada de neónicos en las colonias de abejas para determinar los escenarios típicos de exposición que ocurren en el campo.” Aseguró el profesor de biología de York U, Amro Zayed, de la Facultad de Ciencias.

En la imagen podemos observar una abeja trabajadora ha sido equipada con un RFID en su parte posterior para que los investigadores pueden registrar cuando entra y sale de la colonia.

El equipo de investigación estudió colonias de abejas melíferas en cinco apiarios cercanos al maíz producido a partir de semillas tratadas con neonicotinoides y seis apiarios que estaban lejos de la agricultura. Estas colonias fueron ampliamente probadas para pesticidas desde principios de mayo a septiembre.

«Las colonias de abejas cerca del maíz fueron expuestas a los neonicotinoides durante tres o cuatro meses, es decir, la mayor parte de la temporada de abejas en América del Norte templada», explicó Nadia Tsvetkov.

Los resultados indican que los neonicotinoides, que son solubles en agua, se derraman de los campos agrícolas hacia el medio ambiente circundante, donde son absorbidos por otras plantas que son muy atractivas para las abejas.

Mientras que la exposición crónica a los neonicotinoides tiene efectos negativos sobre las abejas, científicos también descubrieron que un fungicida de uso común puede interactuar con los neonicotinoides para hacerlos más peligrosos.

MUY

Salir de la versión móvil