La visita de Daniel Rocca a Treinta y Tres el pasado miércoles 24, dejó al descubierto la enorme preocupación que hay en nuestra sociedad por la cantidad de suicidios que se han registrado recientemente. Si bien el tema de la jornada de reflexión humanista que motivó su viaje era “La familia: un organizador social en plena mutación”, en todas las entrevistas periodísticas y todos los encuentros con vecinos interesados en el humanismo, el tema del suicidio surgió espontáneamente.
La preocupación está plenamente justificada. En las últimas semanas hemos tenido una sucesión de autoeliminaciones alarmante, especialmente de personas muy jóvenes. La sociedad está estremecida y busca respuestas a este fenómeno que se profundiza, ya que las estadísticas de los últimos años ubican a Treinta y Tres en los primeros lugares de suicidio en general, liderando la nómina de suicidio adolescente, y este año 2017 viene registrando un incremento llamativo en el número de suicidios intentados y consumados en Treinta y Tres.
Daniel Rocca como miembro pleno del Partido Humanista respondió a esta inquietud con las propuestas básicas del pensamiento elaborado por Mario Rodríguez Cobos, fundador del movimiento humanista. Señaló entre otros factores, que el concepto de felicidad está muy distorsionado en el mundo dominado por las leyes del mercado y la competencia, que condicionan la satisfacción personal al poder adquisitivo de las personas, concibiendo al éxito como sinónimo de palabras como triunfo, liderazgo y consagración. Eso lleva a que muchas personas, tanto pudientes como de modestos recursos, se sientan frustradas y consideren el suicidio como una puerta de escape.
También insistió en algunos principios como “da a los demás el trato que te gustaría recibir” y “armoniza tu ser interior alineando el pensar, el sentir y el hacer”. Aplicar en la vida cotidiana principios cómo esos, contribuiría a la construcción de una sociedad más contenedora y menos frustrante, integrada por más personas en paz consigo mismas.
En la reunión realizada en La Casa de la Cultura en las primeras horas de la noche, se escucharon muy buenos aportes de vecinos interesados en hacer su parte para contribuir a bajar los altísimos índices de suicidio que registra Treinta y Tres, al tiempo que se escucharon testimonios de personas que atentaron contra su vida y hoy agradecen haber sobrevivido, porque en realidad no deseaban morir, sino escapar a situaciones acuciantes que en aquel momento les parecieron abrumadoras, pero que con el tiempo comprobaron que podían manejar y superar.
Fue otra jornada muy fructífera de humanismo en Treinta y Tres. La próxima ya está fijada para el martes 27 de junio.
Aníbal Terán Castromán