“El Día Internacional de las Familias es la ocasión propicia para promover un mejor conocimiento de los procesos sociales, económicos y demográficos que afectan a este importante núcleo de la sociedad.” Así dice en su mensaje de este año el sitio oficial de la ONU, institución que desde 1994 celebra cada 15 de mayo el “Día Internacional de las Familias”.
La etimología de la palabra familia no ha podido ser establecida de modo preciso. Hay quienes afirman que proviene del latín fames (“hambre”), por lo que algunos sostienen que “Familia” alude al sitio común donde un grupo sacía su hambre. Para otros la palabra proviene del término latín famulus (“sirviente”). Por eso, creen que, en sus orígenes, se utilizaba el concepto de familia para hacer referencia al grupo conformado por criados y esclavos que un mismo hombre tenía como propiedad.
Hoy en día, a juzgar por el uso cotidiano en nuestro país, ‘familia’ describe un conjunto de individuos unidos a partir de un parentesco. Estos lazos, dicen los expertos, pueden tener dos raíces: una vinculada a la afinidad surgida a partir del desarrollo de un vínculo reconocido a nivel social (como sucede con el matrimonio o una adopción) y de consanguinidad (como ocurre por ejemplo con la filiación entre una pareja y sus descendientes directos).
Hay autores que definen Familia como “la unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se supone duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, en el cual existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia.”
En el campo sociológico se han creado diversas definiciones .La denominada familia nuclear, por ejemplo, sólo incluye a la madre, al padre y a los hijos en común. La familia extensa, por su parte, tiene un alcance mayor ya que incluye a los abuelos por parte de ambos progenitores, así como también a los tíos, a los primos y demás parientes. También puede darse el caso de una familia compuesta, la cual se caracteriza por estar formada no sólo por padres e hijos sino también por personas que poseen vínculos consanguíneos con sólo uno de los miembros de la pareja que ha originado esa nueva familia.
Hoy también es muy habitual encontrar familias monoparentales. Estas son aquellas que están formadas por un padre o madre y por sus respectivos hijos. También nos encontramos con lo que se conoce con el nombre de familias ensambladas. Estas son las que surgen como consecuencia de dos familias monoparentales que se unen a raíz del establecimiento de una relación de tipo sentimental de los progenitores. Y también existe la familia homoparental. Estas son las que se componen de una pareja homosexual, ya sea de hombres o mujeres, y de sus respectivos hijos.
En la teoría psicosocial de Pichón Riviere, la Familia es uno de los tres organizadores sociales que a la par del Trabajo y el Esparcimiento, brindan ejes en torno a los cuales gira la vida de las personas. Cuando uno de esos ejes falla, el sujeto sufre consecuencias que en algunos casos pueden ser graves.
¿Alguien puede dudar que varios de los problemas sociales que hoy nos preocupan tienen sus raíces en fallas del eje familiar? Pero:¿Qué factores influyen para provocar esas fallas? ¿Qué podemos hacer para contribuir al fortalecimiento de ese organizador social que llamamos “familia”?
Estas y otras preguntas serán disparadores de la reflexión humanista que se anuncia para el próximo 24 de mayo en Treinta y Tres. Es la tercera del calendario 2017, cuyo primer tema fue la cuestión de género alusiva al día internacional de la mujer en marzo, el segundo fue alusivo al Día de la tierra en abril. Ahora, apropósito del Día de la familia, los humanistas nos reuniremos a intercambiar ideas sobre qué podemos hacer para contribuir a mejorar la calidad de vida en nuestra sociedad mediante apoyar una institución tan básica y esencial como es la familia.
Desde ya están todos invitados. La cita será el miércoles 24 de mayo a la hora 18:00 en la Casa de la Cultura.
