Un ferry con 140 pasajeros de la Naviera Armas, el Volcán de Tamasite, embistió ayer tarde el muelle Nelson Mandela cuando ya abandonaba el Puerto de la Luz rumbo a Santa Cruz de Tenerife. El barco tuvo un «fallo energético» y quedó a la deriva. Se desató el pánico y hubo heridos, pero todo fue un gran susto para lo que pudo haber pasado.
El ferry salió a las 19.45 horas. Todo transcurría con aparente normalidad hasta que, cuando ya había hecho el giro en el conocido como muelle de La Esfinge para poner rumbo a Tenerife, el barco, construido en 2005, se queda a oscuras, sufre lo que Armas llama una caída de planta, sin luz, ni máquinas ni capacidad de maniobra y la nave pasa a estar a la deriva. Por efecto del viento y de las olas, el ferry se dio la vuelta, viró la proa hacia el espaldón del muelle, se meció a babor y estribor y acabó embistiendo varias veces, por efecto del movimiento del mar, al espigón. Por más que los operarios echaron el ancla, iba a 5 o 6 nudos y no sirvió pare evitar el choque. Cuentan los pasajeros que el golpe fue «bestial». Destrozó parte del dique, algunas de cuyas piezas de hormigón cayeron sobre la vía como si fueran papel y aplastaron un vehículo, en el que, por fortuna, no había nadie.
El choque dejó 13 heridos, 12 de ellos leves, y uno de carácter menos grave y un barco con daños que según Armas no son estructurales, sino de chapa y pintura. A los pocos minutos recuperó la electricidad y volvió al muelle por sus propios medios, aunque asistido por remolcadores.
La tripulación y los pasajeros vivieron momentos de tensión y ansiedad después del accidente. Varias personas reclamaron al personal del barco y denunciaron la falta de información sobre lo que estaba ocurriendo momentos antes del choque.