Las redes sociales denuncian a un argentino que busca pareja en Twitter tras pasar 11 años en la cárcel por el descuartizamiento y posteror cremación de su novia en el parrilero de su casa de Bahía Blanca.
Ahora -que recibió la libertad anticipada por falta de sentencia y años de buena conducta- Pablo Cuchán quiere reanudar su vida, informa la señal TN.
Cuchán se declaró inocente de homicidio aunque admitió que quiso deshacerse del cadáver descuartizándolo y prendiendolo fuego.
Dijo que Luciana Moretti , de 15 años, murió de una sobredosis.
En 2004, cuando ocurrieron los hechos, la justicia no creyó su testimonio y fue condenado a 18 años de cárcel.
En redes sociales muchas personas subieron su perfil de Tinder para alertar a otros de su prontuario.
Legalmente, Cuchán es libre y tiene derecho presentarse en las redes de búsqueda de relaciones.
«Mi deuda, entre comillas, ya la pagué. Sale un Pablo distinto. Maduré y crecí», declaró a la prensa al salir en libertad en abril de 2016.
Ayer, TN informó que el sujeto ya tiene otra denuncia de violencia de género reciente, aunque no se especificaron detalles.
AUTOSECUESTRO, PERRO MUTILADO Y ACOSO POR MAIL
Pablo Cuchán trabajaba en la ferretería naval de su padre en Ingeniero White. Le decían “el Loco” porque si algo se le metía en la cabeza, se volvía imparable, cuenta el portal Cosecha Roja, especializado en crónica policial.
A principios de 2000, Cuchán simuló un autosecuestro, le robó 30 mil pesos a su familia y se fue con «varias mujeres» a Sierra de la Ventana.
Antes de asesinar a Luciana, Cuchán había estado de novio con Natalia Paola Barona, desde julio de 2002 a febrero de 2003.
El 4 de julio de 2007, la mujer declaró en el juicio de Luciana Moretti. Su testimonio fue concluyente.
“Vivía con él, a los 15 días de que se fuera, una mañana me llamó por teléfono temprano diciéndome que se iba suicidar y yo me angustié. Fui a la casa donde vivíamos y me encontré con toda la casa llena de sangre y mi perra, que yo le había dejado a él, acuchillada en la bañera”, dijo Barona.
Cuchán vivía a dos cuadras de su víctima Luciana Moretti y la veía a escondidas de los padres de ella.
La familia Moretti conocía bien a Cuchán, su fama de depredador, y no hubiera querido por nada del mundo que la joven saliera con él.
Cuando se enteraron ya era tarde. Luciana recibía mensajes por mail del tipo: “te estoy siguiendo los pasos, cuidate porque de mí no te vas a burlar”.
El informe del psiquiatra Américo Matta explicó que no se apreció “arrepentimiento en el imputado porque en ningún momento aceptó la comisión de un homicidio, por consiguiente no aceptó nada de lo cual deba arrepentirse, en todo caso explicó lo que habría hecho con el cadáver por temor, falta de control de impulsos derivado de la emoción, lo que no se compadece demasiado con las características que tiene, que es una personalidad fría».