Devuelven carne adulterada a Brasil

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La Unión Europea anunció este viernes que devolverá a Brasil la carne presuntamente adulterada ya «en camino» hacia el bloque, horas después que Hong Kong retirara «completamente» los cortes procedentes de alguna de las 21 plantas involucradas en el escándalo.

Esta nueva jornada negra llega cuando las autoridades del gigante sudamericano intentan frenar la caída de exportaciones en un sector clave de su economía, el de la carne, que a juicio del presidente brasileño Michel Temer «es la mejor del mundo».

El golpe más duro vino de Hong Kong, el mayor importador de carne roja brasileña, cuyo gobierno determinó este viernes el retiro de los cortes frescos y congelados -incluidos los de pollo- de los establecimientos bajo sospecha.

Hong Kong, que en 2016 compró carne bovina brasileña por más de 1,000 millones de dólares, adoptó esta decisión al no poder «eliminar completamente los peligros ocultos en términos de seguridad alimentaria», explicó el secretario de sanidad, Ko Wing-man.

La Unión Europea, por su parte, anunció que rechazará y devolverá a Brasil los envíos ya «en camino» de los establecimientos implicados en el escándalo, al tiempo que reforzó sus controles «para garantizar la seguridad de las importaciones desde Brasil».

El bloque europeo, que en 2016 importó del país sudamericano 486 millones de dólares de carne bovina y 165 millones de aves de corral, advirtió que podrá adoptar futuras medidas «si fuera necesario», una vez analice el resultado de los «controles reforzados, la evolución de la crisis y la respuesta de las autoridades brasileñas».

La Comisión Europea ya había indicado que sólo cuatro de los establecimientos implicados tenían la autorización de exportar a la Unión Europea, una licencia que las autoridades brasileñas suspendieron a petición de Bruselas.

Actualmente, unos 5,000 contenedores cargados con carne procedente del gigante sudamericano navegan en alta mar, en su mayoría de frigoríficos no involucrados en la causa que investiga sobornos a inspectores sanitarios para que autorizaran la venta de cortes en mal estado.

Prohibiciones ‘arbitrarias’

Desde el estallido del escándalo, se han producido más de 30 arrestos y tres plantas han sido clausuradas. Este viernes, la Secretaría Nacional del Consumidor (Senacom) de Brasil ordenó además a tres frigoríficos involucrados a retirar del mercado sus productos por existir sospechas de riesgo para la salud pública.

Los tres -Souza Ramos, Transmeat y Peccin- están entre los 21 investigados por la policía en el marco de una denuncia sobre uso de ácidos y manipulación de etiquetas para maquillar productos no aptos para el consumo humano. Los permisos de exportación de todas las plantas fueron suspendidos.

Brasil es el mayor exportador global de carne bovina y aviar, y el caso, que afecta en particular a dos gigantes del sector -JBS y BRF-, sacude a uno de los sectores fuertes de su economía, que entró en recesión en 2015.

Diciéndose perjudicados por el escándalo, un grupo de inversores extranjeros de JBS lanzaron una acción colectiva ante la justicia estadounidense solicitando compensaciones financieras, según informó la prensa brasileña.

Aunque las autoridades del gigante sudamericano ha estado haciendo malabarismos para contener los daños colaterales, hasta el momento más de 20 mercados restringieron el ingreso o intensificaron sus controles y las ventas externas de carnes cayeron de 63 millones de dólares diarios a solo 74,000 dólares.

El gobierno de Brasil, por su parte, defiende que solo se trata de unas cuantas manzanas podridas en la industria alimentaria nacional y pide a los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que no impongan prohibiciones «arbitrarias».

La administración de Temer tendrá el lunes una buena ocasión para defender este sector clave ante sus socios comerciales. El ministro de Agricultura, Blairo Maggin, tiene previsto reunirse con el comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis.

El escándalo en Brasil, uno de los países de Mercosur, sirvió al sindicato de agricultores europeos Copa-Cogeca para aumentar la presión sobre el ejecutivo comunitario en las negociaciones en curso de un tratado comercial con el bloque sudamericano, en el que la carne es uno de los temas sensibles.

«La incapacidad de Brasil de aplicar y supervisar normas de seguridad alimentaria para la carne equivalentes a las europeas también hipoteca las negociaciones comerciales en curso entre la UE y el bloque latinoamericano Mercosur», reiteró este viernes en un comunicado el sindicato agrícola.

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