En 50 días, 7 mujeres asesinadas

Una joven de 17 años falleció ayer, tras recibir dos disparos en la madrugada del domingo en el barrio La Paloma. Fue el séptimo asesinato de una mujer en los primeros 50 días del año, y sucedió pocos días después del horrendo crimen de una chica de 21 años en Florida.

El ataque a balazos contra la joven de 17 años se produjo en la calle, cerca de las 3:20 de la madrugada del domingo, en el cruce de Francisco Siti y Cabildo Gobernador de la Provincia de los Orientales. La víctima recibió dos impactos de bala: uno en el abdomen y otro en la mano. Fue trasladada de urgencia y en grave estado hasta el Centro Coordinador del Cerro donde falleció poco después.

Según explicó una amiga de la familia, los disparos habrían sido efectuados por la pareja de la joven, con quien vivía y tenía una hija de un año y medio, informó Telenoche. Habría sido el mismo hombre que la mató quien la habría trasladado al centro asistencial.

La justicia indagaba ayer a varios familiares, entre ellos a la pareja de la adolescente, mientras la Policía investigaba en busca de pruebas.

Procesamiento.

El hecho se conoció al tiempo que el Poder Judicial divulgaba el auto de procesamiento por el asesinato de Manuela Stábile en Florida, que contiene detalles escalofriantes. Stábile vivía en la misma vivienda del Cerro junto a su pareja, W.M., de 20 años, su cuñado de 17 y la pareja de éste, de 19. La casa era propiedad de la madre de Manuela. También vivía con ellos el hijo de 9 meses de la joven fallecida, que era fruto de una relación anterior.

«Ambas relaciones se caracterizaban por el ejercicio de violencia física hacia las mujeres, sobre quienes ejercían un estricto control debido a los celos», indica la jueza Annabel Gatto de Souza en el documento.

Desde el miércoles 8 al 12 de febrero, los hombres se fueron de cacería al Interior. El sábado, aprovechando la situación, las jóvenes decidieron ir a bailar a la discoteca Azabache. Cuando regresaron al día siguiente, sus parejas ya habían vuelto y se habían enterado por un vecino del barrio que las chicas habían ido a bailar.

Según el auto de procesamiento, ambas parejas discutieron y las chicas «fueron insultadas, agredidas físicamente y les rompieron sus teléfonos móviles». Dos días después de la pelea, el 14 de febrero, los dos jóvenes permutaron dos motos y un cuatriciclo por un revólver marca Taurus calibre 38.

A sangre fría.

Tanto el adolescente de 17 años como la pareja de Manuela estaban molestos porque la joven tenía intenciones de desalojarlos de la vivienda. Según el relato del joven de 20 años, Manuela quería terminar la relación y él «estaba seguro» que ella lo engañaba con su anterior pareja, el padre de su hijo.

Por su parte, el cuñado de 17 años, además de estar disgustado porque se tendría que ir de la casa, la culpaba a Manuela de llevar a su novia «de baile en baile».

«Por tales razones ambos decidieron que debían matar a la joven», afirma la jueza. Según admitieron en la sede, venían planeando el asesinato desde hacía casi una semana, hasta que el 16 de febrero «pusieron en marcha sus macabros planes», dice la magistrada.

Invitaron a Manuela a pasear y se dirigieron hasta Florida con la intención de mostrarle a la chica el lugar donde habían acampado.

«Matala», le ordenó.

«Una vez que arribaron al kilómetro 122 de la Ruta 6, detuvieron el auto y todos descendieron por la escalera de la ladera del puente (Santa Lucía chico). La pareja de Manuela llevaba al bebé en los brazos.

En un momento, le dijo al menor: «Matala» y el joven de 17 años sacó el revólver, le efectuó un disparo. La bala le dio en el hombro.

Manuela cayó de rodillas y el matador entonces, «le efectuó otro disparo en la nuca», escribió la jueza en el auto de procesamiento.

Ambos procesados llevaron al niño hasta la sillita del auto y entre los dos taparon el cuerpo con tierra y yuyos y regresaron a Montevideo.

Al llegar a la casa ambos le contaron detalladamente a la novia del menor de 17 años lo que habían hecho y tras bañarse y cambiarse de ropa, se fueron al cumpleaños de un tío.

Allí estuvieron un rato y decidieron regresar nuevamente a Florida para «esconder mejor el cuerpo» de la joven. Para ello llevaron guantes y una pala y arrojaron más tierra, yuyos, ramas y plantas del lugar.

«Al día siguiente los dos jovenes descartaron el arma (que luego fue recuperada) dejándola en un tronco», se explica en el documento.

La jueza le tipificó al menor el delito de homicidio especialmente agravado en reiteración real con un delito de violencia doméstica (hacia su pareja), y solicitó que fuera internado en el INAU.

En tanto, la pareja de Manuela fue a prisión por el delito de homicidio especialmente agravado por el concubinato y la premeditación.

Anoche varios colectivos de mujeres se congregaron en la Plaza Libertad para manifestarse contra la ola de violencia hacia las mujeres.

En el Parlamento, todavía se encuentra a estudio el proyecto de Ley que tipifica el «femicidio», o sea, la muerte de una mujer por su condición de tal mediando motivos de odio o menosprecio.

Reclaman declarar emergencia nacional.

El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Chediak, indicó que se debería extender el uso de la tobillera electrónica con el objetivo de prevenir los femicidios. También exhortó a todas las mujeres que sufren violencia de género a denunciar al agresor ante la policía para «que puedan tomar medidas de prevención para que no se llegue a la muerte».

Según el Ministerio del Interior, en la actualidad hay 205 tobilleras colocadas; la mayoría de en Montevideo (144), 45 en Canelones, 5 en San José, 9 en Maldonado, una en Flores y otra en Florida. Para Teresa Herrera, integrante de la Red Uruguaya Contra la Violencia Doméstica y Sexual, el Estado debería declarar «emergencia nacional» para que se tomen las medidas necesarias.

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