El árbitro Raúl Mariño envió a El País, una carta en la cual esencialmente admite su error, pide disculpas, adelanta su renuncia y acusa con nombre y apellido a quienes le golpearon presentando fotografías documentales, aclarando de forma tajante que él no golpeó a nadie.
En la misiva que entregó Mariño, y que luego de entregarla a la Asociación Departamental de Fútbol de Cerro Largo, se hizo pública, el árbitro confirmó su renuncia.
En el marco de un partido final de cuarta división, donde los protagonistas del fútbol local de Melo fueron jóvenes de 17 y 18 años de los clubes Conventos y Boca Junior de cuarta división, el árbitro designado para impartir justicia en el cotejo ingresó en avanzado estado etílico que se podía apreciar a simple vista debido a su actitud.
En partido disputado en la tarde del domingo 18 de diciembre terminó en bochorno cuando el juez cayó en medio de la cancha, logró levantarse y siguió arbitrando, mas tarde ordenó a un jugador reiterar el remate desde el punto penal, hubo protestas y es ese momento es que agrede con un golpe a un juvenil de la oncena de uno de los equipos. La policía lo llevó preso y la espirometría le dio 1,5cmH2Ol−1s−1.