GLOBOS BLANCOS

De las tantas cadenas que andan en las redes sociales, hay una que invita a que en el noche del 24 y del 31 de Diciembre, se realice una suelta de globos blancos. Es para homenajear a los cuatro trabajadores fallecidos en un depósito de fuegos artificiales, en Toledo (Canelones). Es más, ojala hubiera una fuerte conciencia colectiva y en vez de fuegos de artificio, se largaran esos globos. Pero estamos en una estructura social de capitalismo duro y puro (aunque suavizado por la intervención estatal) donde muchas personas arriman un peso más a su familia, vendiendo luces y fuegos artificiales en estas épocas.

No vamos a resolver el problema de quienes, muy jóvenes, ya no están. Ni todo el proceso de dolor de las familias. Pero al menos sería un gesto de solidaridad. De que nos importan los demás. De solidaridad con las familias que han perdido seres queridos, en especial en edades muy jóvenes y en forma trágica. Recordemos al  joven hincha de Peñarol, asesinado en Santa Lucia. Y las mujeres muertas por sus ex parejas.

Los gestos solidarios, cuando se hacen con el corazón, contribuyen en algo a aliviar o a ayudar a sobrellevar los grandes dolores de la vida. Y nos invitan a reflexionar sobre todo lo que está mal y hay que corregir.

Pese a los avances en el mundo laboral, siguen existiendo abusos, desconocimiento de derechos, empresarios que quieren hacer plata dulce y que no tienen los locales en condiciones. Después de esta desgracia, se clausuraron 6 o 7 depósitos que no estaban en condiciones.

Claro, al estilo uruguayo. Tiene que pasar una gran desgracia para que se tomen cartas en el asunto. Por lo que pude informarme en este rubro había muchas irregularidades y en el caso particular de este depósito, quienes pertenecían al gremio y pudieron haber hecho algo o estaban jubilados o se fueron a otros trabajos.

Hay personas que están viendo la posibilidad de pasar la navidad y en fin de año, en forma serena y tranquila. Junto a sus seres más próximos. Sin alharacas. Sin verse obligados a integrar grupos más grandes, donde muchas mujeres que son anfitrionas terminan agotadas y con pocas ganas de comer. La gente se cansa de los protocolos. De las obligaciones sociales. De la hipocresía.

Y es una oportunidad para reflexionar. Para hacer un balance de nuestras vidas. De los logros. De lo que tenemos que corregir. De tenderle una mano a los que sufren. Siempre hay que hacer algo por alguien. Si trabajáramos la espiritualidad del ser humano (que va más allá de las religiones) no tendríamos tantos suicidios y depresiones por estas fechas. No podemos apostar solo a la cuchipanda y al vacío existencial.

En nuestro calendario de origen cristiano, se celebra el nacimiento de Jesús de Nazareth o Jesucristo. La visión de Jesús que tienen los cristianos progresistas coincide con la de lo poco o mucho que han podido comprobar los historiadores: fue una de las rebeliones más importante contra el imperio dela época, el Imperio Romano. Y aposto al cambio interior de la persona. Y a la sanidad en un sentido integral. La sanidad del cuerpo y del alma. Y a la fraternidad entre los seres humanos.

Que la suelta de globos blancos sea una expresión de que el dolor de los demás nos importa. Sin que dejemos de celebrar con nuestros seres queridos la Navidad y el Año Nuevo.

>Maria Angela Pereira Ramirez
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