Un buen indicador de la clase de persona que somos, es ver qué enemigos tenemos. Al ver quienes se regocijan ante la muerte de Fidel, lo confirmo. “Baile y música en Miami para celebrar la muerte de Fidel Castro”, “Muere Fidel Castro. Miami es una fiesta”, son algunos de los títulos que se pueden leer en la prensa.
¿Por qué tanta algarabía? La respuesta está en aquella famosa canción de Carlos Puebla cuyo estribillo dice: “Se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó a parar”. La primera estrofa dice: “Aquí pensaban seguir ganando el ciento por ciento con casas de apartamentos y echar al pueblo a sufrir. Y seguir de modo cruel contra el pueblo conspirando para seguirlo explotando… y en eso llegó Fidel”. La siguiente dice: “Aquí pensaban seguir tragando y tragando tierra sin sospechar que en la Sierra se alumbraba el porvenir. Y seguir de modo cruel la costumbre del delito hacer de Cuba un garito… y en eso llegó Fidel.”
“Fue estudiando el capitalismo que me volví comunista”, le confesó Fidel Castro al periodista Katiuska Blanco según su libro “Guerrillero del tiempo, conversaciones con el líder histórico de la Revolución cubana”. Siguiendo el mismo procedimiento, a quien tenga dudas respecto a la obra de Fidel, le sugiero que lea la prensa capitalista. Notará que lo odian quienes se vieron perjudicados cuando empezó un proceso que alcanzó logros asombrosos en calidad de vida de los cubanos.
Por ejemplo: Cuba según la Unesco tiene la tasa más baja de analfabetismo y la más alta de escolarización de América Latina. En Cuba el analfabetismo es de 0,2% mientras el de América Latina es del 11,7%. La tasa de educación primaria en Cuba es del 100% y la enseñanza secundaria es de un 99,7 %, mientras en América Latina promedia el 52 %.
La misma Unesco en el comparativo sobre la educación en 13 países de América Latina clasifica a Cuba en el primer lugar en todas las asignaturas y subraya que un alumno cubano dispone como promedio de dos veces más conocimientos y competencias que un alumno latinoamericano promedio. Según el Banco Mundial, Cuba es el país que dedica mayor presupuesto a la educación con un 12,9% de su PBI.
La Tasa mortalidad infantil es de 6,2 por mil en Cuba y en América Latina promedia 32 por mil. La esperanza al nacer es de 76,5 años en Cuba y de 70 años en América Latina. Cuba es el país que tiene el más elevado número de médicos en el mund. Cada 100 mil habitantes, Cuba cuenta con 590 médicos mientras que el promedio del resto de América Latina es de 160. Cuba fue el primer país en eliminar la transmisión de madre a hijo del VIH, según certificó la OMS.
Estos y muchos logros más son obra de la revolución encabezada por Fidel Castro. Si hay cubanos que lo odian, es porque no valoran positivamente los cambios registrados desde 1959.
Los ruidosos celebrantes de la muerte de Castro en Miami, no son balseros que no tenían para pagar un boleto de avión y querían sumarse a la comunidad de compatriotas de Miami. Esos que estuvieron dispuestos a cruzar las 90 millas en un bote artesanal poniendo proa hacia las “oportunidades” que ofrece el capitalismo, pronto descubrieron que en Miami no hay lugar para ellos y el sueño americano se les transformaría en pesadilla.
El propio Fidel lo expresó: «Es realmente impresionante qué porquería de sistema es el capitalismo, que no le puede garantizar ni a su propia gente empleo, no le puede garantizar salud ni la educación adecuada.» (Aniversario del asalto al Palacio Presidencial y a Radio Reloj, 13 de marzo de 1991)
Que promotores de ese sistema tan ineficiente festejen su muerte, es un fuerte indicio al que conviene prestarle atención.