El uso de adhesivos con la letra “z” pegados en los parabrisas de los vehículos sería algo así como la frutilla de la torta, pero la historia vale la pena contarla desde el principio y darle un contexto. A partir de información que llegó a su oficina el 14 de setiembre alrededor de las 11.00, el director de Tránsito de la Intendencia de Montevideo (IM), Pablo Ferrer, resolvió salir personalmente a constatar la presunta irregularidad denunciada. Y la encontró: a esa hora, en las inmediaciones de la IM, había 14 vehículos estacionados en el área tarifada que no estaban pagando el costo correspondiente por ese servicio; cinco de ellos estaban por la calle San José, entre Javier Barrios Amorín y Santiago de Chile, y los otros nueve por Soriano, también entre Barrios Amorín y Santiago de Chile.
Ferrer pudo comprobar que varios de esos vehículos que no pagaban el estacionamiento tarifado pertenecen a funcionarios de la División Tránsito, según consta en una nota que le envió ese mismo día al secretario general de la IM, Fernando Nopitsch. En ese documento, según pudo saber la diaria, el director de Tránsito incluyó la nómina de los 14 vehículos involucrados, las capturas de pantallas del sistema de tarifado que corroboran las infracciones y las consultas posteriores sobre la titularidad de los vehículos. El cruce de ambos datos permitió determinar quiénes eran los inspectores que cometían la infracción y sus vehículos ya fueron multados. Además de aplicar esa sanción monetaria, Ferrer sugirió en su comunicación que sería conveniente iniciar una investigación administrativa interna, entre otras cosas porque en algunos de los casos la titularidad podría estar a nombre de otra persona. Dicha investigación podría ponerse en marcha esta tarde, según adelantaron fuentes de la comuna capitalina.
Agregaron que Ferrer le transmitió por escrito al secretario general de la comuna que entre los casos denunciados habría indicios de un accionar que tendría “cierta apariencia de premeditación”, ya que en varios de los vehículos multados se encontró un patrón común: adhesivos pegados en los parabrisas que tenían logos con la letra “z”. La suspicacia y la asociación de los jerarcas fue inmediata: la “z” serviría para identificar cuáles son los vehículos propiedad de los “zorros”, que de esa forma sorteaban los controles que hacen otros integrantes de la división, que también podrían ser investigados. En otros casos, explica Ferrer en la nota, se constató el empleo de una tarjeta de autorización emitida por el anterior director de División de Tránsito, que estaba “absolutamente fuera de vigencia” y por eso se aplicaron las multas. Según pudo saber la diaria, además de Nopitsch están al tanto de la situación el director de Jurídica, Ernesto Beltrame, el titular de Gestión Humana y Recursos Materiales, Eduardo Brenta, y el propio intendente, Daniel Martínez.