Cajeros: ¿Se contempla alguna solución para poblaciones más alejadas?
Una mirada muy montevideana tal vez, porque al gobierno pareciera olvidarse que hay localidades en las que no hay ni siquiera un cajero automático. Mucho menos una sucursal bancaria.
Hace algunos días, el senador de Partido Independiente, Pablo Mieres, presentó un proyecto de ley para que se exceptúen las localidades en las que no existe cajero luego de visitar Cebollatí.
En esa localidad, para cobrar salarios, pensiones o jubilaciones, las personas deben trasladarse a más de 50 kilómetros a localidades como Lascano o el Chuy.
Uno puede suponer que se trata de una medida paliativa y no definitiva ya que, en algún momento, la integración al nuevo sistema en base al cual funciona la economía deberá ser total.
Conversando con periodistas que trabajan a diario en el ámbito donde desfilan proyectos (entiéndase, “parlamento”) este es un tema que ha sido tratado por diputados y senadores y la idea es que la excepción para localidades sin cajeros rija hasta que finalmente se los pueda colocar.
¿La razón de fondo para que esto aún no haya pasado? Los cajeros tienen un costo significativo y en las localidades donde no se cuenta con uno, la instalación es “a pérdida”, según apreciaciones del Banco República.
Por lo visto, la respuesta más concreta a ese problema es que, de prosperar la propuesta de Mieres, se continuarán efectuando los pagos de manera tradicional en esas localidades.