
El fenómeno climático, con alta probabilidad de suscitarse, traería sequías importantes y baja temperatura para la segunda mitad de 2016.
Los especialistas prevén que para el segundo semestre de este año se desarrolle el fenómeno climático de “La Niña”, que a diferencia de “El Niño” trae consecuencias que podrían considerarse opuestas.
Según informó el Instituto Uruguayo de Meteorología (INUMET), el fenómeno traerá jornadas frías y sin lluvias. Para la primavera y verano, se anuncia un 75% de probabilidades de altas temperaturas y sequía importante.
Las condiciones que en 2014 dieron paso al fenómeno de el Niño, y que desde inicios del 2015 afectó a diferentes regiones del mundo, se están debilitando y el cambio a una fase neutral tendrá como consecuencia la transición a La Niña. Según reportes emitidos por la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), el fenómeno tiene alta probabilidad de suscitarse.
Consultado sobre qué nos espera para los próximos meses, el técnico meteorólogo Fernando Torena manifestó que, según los últimos pronósticos climáticos manejados, el Niño aún no ha finalizado.
¿Qué dicen los pronósticos para los próximos meses? Según Torena, está previsto que por lo menos hasta junio, mientras el norte del país registrará precipitaciones por encima de lo normal, el resto del territorio nacional volvería a su nivel de precipitación normal.
En cuanto a temperaturas, la zona noreste del país se ubicará por encima de lo normal. En el litoral oeste habrá temperaturas un poco por debajo de lo normal. La mayor parte del país se encontrará dentro de temperaturas normales sin descartar datos extremos (precipitaciones o bajas temperaturas)
La Niña
El fenómeno, que se produce cada 4 a 7 años, surge en la línea del Ecuador, en la franja que va de Perú a Indonesia. Se trata en ambos casos (Niño/ Niña) de la interacción de la temperatura del océano y la atmósfera de esa zona. En ese caso, es la temperatura del océano que condiciona la temperatura de la atmósfera.
En una zona geográfica que es monitoreada constantemente, Torena informó que, hasta el momento, lo que se viene observando es que aún nos encontramos en condiciones del fenómeno de “El Niño”. Sin embargo, existen algunos indicios oceánicos: la temperatura suboceánica (300 metros por debajo del nivel del océano) está regresando a condiciones neutrales. “Todo daría que, de aquí a los primeros meses del 2017, podríamos tener un evento de Niña en invierno, aunque todavía no sabemos la intensidad”, expresó Torena.
El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) ya activó un plan de acción para hacer frente los daños que puedan provocar los fenómenos generados por efecto de la Niña que consta de brindar especial atención en zonas donde pueda haber falta de agua para consumo humano y animal. Allí se planteará la limpieza de tajamares y pozos. Torena felicitó la acción y manifestó: “Así actúan los países desarrollados cuando se tiene la información al respecto”
Consecuencias variadas
El niño o niña tienen consecuencias diferentes en todo el mundo. Generalmente la Niña trae sequías importantes, como ocurrió en 2010 en nuestro país. Anteriormente hemos tenido episodios de escasa precipitación y temperaturas por debajo de lo normal, aunque no se dan los mismos fenómenos en todo el territorio, sino que estos, varían.
En la región, mientras que en Centro América países como Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana deberán hacer frente a precipitaciones por encima de lo normal, para América del Sur el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) informó que “se estima que en julio habrá mayor probabilidad de lluvia por sobre lo normal en la región nororiental de Colombia, en el Orinoco, el sudeste de Sudamérica, la región central de Chile, Uruguay, Paraguay y norte de Argentina. Lluvias por debajo de lo normal en la región del Caribe, el nororiente de Brasil y la zona norte de Chile”