Aislados, pero solo por ruta

Pese al aislamiento provocado por la creciente, el liceo de Cebollatí está abierto y utiliza la tecnología para llegar a los evacuados.

Creciente

Las recientes inundaciones dejaron aislada a la localidad de Villa Cebollatí,  por las distintas vías terrestres, al punto de que ha sido necesario el ingreso con helicópteros para abastecer las zonas afectadas. Sin embargo, el liceo mantuvo sus puertas abiertas con toda su actividad.

Un 36% de los funcionarios no residente no puede llegar hoy en día al centro, al igual que muchos alumnos que quedaron aislados con sus familias en zonas aledañas. Para atender esta situación, la dirección del liceo, en trabajo conjunto con adscriptas y docentes, decidió hacer uso de las tecnologías disponibles para trabajar con los estudiantes a través de correo electrónico o con comunicaciones vía Skype. Es así que los docentes enviaron sus propuestas de trabajo en estas modalidades y las adscriptas y POB del liceo, con apoyo de la profesora de Informática, son las responsables de la coordinación con los estudiantes.

Lo particular de la situación inspiró la realización de actividades extracurriculares con un trasfondo solidario. Los alumnos de Ciclo Básico se reunieron en una jornada de reflexión en la que redactaron mensajes de aliento para los alumnos de los Liceos de Dolores que fueron afectados por el tornado, al mismo tiempo que hicieron acopio de útiles que serán enviados cuando se retomen los servicios de transporte, para cuando éstos deban retornar a clases. Los alumnos de Bachillerato, organizados en grupos, trabajan como voluntarios ayudando al Comité de Emergencia de la localidad que atiende a las familias evacuadas.

Además, desde la administración liceal, se está trabajando en la realización de los trámites correspondientes ante UTE para que los damnificados por la inundación obtengan sus respectivas exoneraciones.

El liceo se encuentra en una pequeña localidad, Villa Cebollatí, ubicada en la margen derecha del río de igual nombre, al norte del Departamento de Rocha, a 15 km de la Laguna Merín.

Es una zona de humedales, con suelos propicios para el cultivo del arroz y por ende son frecuentes las inundaciones. Con el reciente fenómeno climático la localidad quedó aislada por las distintas vías terrestres; primeramente con Treinta y Tres por levante del nivel del río y posteriormente con varios cortes por Ruta 15 por desborde de la cuenca del mismo.

Esta situación generó alteraciones en la comunidad, que vive en tensión, ya que además de haber sido evacuada en muchos casos, ha perdido cultivos y ganado. Los pobladores están pendiente de las informaciones y del helicóptero que monitorea la zona y que junto a prefectura abastece de víveres y donaciones para los más afectados.

El apoyo del liceo de la comunidad ha sido fundamental, y como expresa su equipo docente, que se hace eco de las palabras de Steve Jobs: “ El único modo de hacer un gran trabajo es amar lo que haces”.

En base a informe del CES.edu.uy

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