Las autoridades entienden que se trata de una “buena noticia, porque ayuda a descomprimir la situación”
Mientras Uruguay prepara una misión a Irán para reactivar ese mercado, se supo que Colombia habilitó ingreso de arroz blanco, un mercado que no cuenta con antecedentes de exportación desde nuestro país por ser un país (Colombia), productor de arroz.
La noticia fue anunciada durante una reunión que mantuvo el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre con representantes de la Gremial de Molinos Arroceros y de la Asociación de Cultivadores de Arroz.
Ante un nuevo inicio de la cosecha, Aguerre reconoció que pocas veces se ha llegado a esta fecha con un porcentaje tan alto de arroz de la cosecha anterior sin vender. Es por ello que considera que la venta a Colombia “descomprime una situación de alto stock de arroz”.
El Instituto Colombiano ya publicó los requisitos de importación para grano de arroz pulido procedente de Uruguay. Por otra parte, Aguerre, anunció que viajará a Irán, en el marco de la próxima misión que encabezará el vicepresidente, Raúl Sendic. En el caso de Irán se trata de un mercado tradicional, aunque últimamente ha disminuido fuertemente las compras.
Difícil escenario
A un mes del inicio de una nueva zafra, el Gobierno es consciente del deterioro del sector arrocero en los últimos años y de que la situación que se avecina en las próximas zafras sobre los precios internacionales se caracterizará por una tendencia a la baja.
También reconoce que los costos de producción son crecientes, que existe un descenso en el área sembrada y que el tipo de cambio real es un factor más en la competitividad.
Realidad del sector
Si bien se llegó a una zafra record en 2014-2015, aunque con una menor área sembrada (195.000 ha en 2010; 165.000 ha en 2015), los productores señalan preocupación en términos de competitividad que no solo tiene que ver con factores como el tipo de cambio real o salarios sino directamente con los altos costos de producción lo cual consideran es el principal problema para competir.
La pérdida de competitividad se traduce en las dificultades que se presentan para acceder a mercados. En el índice de competitividad, Uruguay se encontraba en el puesto 85 y descendió 11 lugares en el último tiempo.
Los expertos sostienen que no es posible incidir en el mercado internacional y por esa razón, Uruguay simplemente actúa como tomador de precios: por ahora, se prevé que el precio de referencia se mantenga deprimido.