Los heridos, daños y violencia «pesan poco»

Una persona fue condenada con siete años de prisión por su rol en el asalto a la remesa que descargaba dinero en la sucursal del banco Itaú de avenida del Libertador y avenida de las Leyes el pasado lunes 3 de setiembre. En el asalto, en el que cinco personas fueron heridas, los delincuentes se llevaron $ 4,3 millones y US$ 51 mil. Entre los lesionados había dos guardias de seguridad de la empresa Prosegur que custodiaban el blindado, y tres personas que pasaban por el lugar y quedaron en medio del tiroteo.

La persona detenida fue enjuiciada por delito de lesiones graves en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de rapiña agravada. La Fiscalía llegó a un acuerdo con indagado, luego de que este reconociera su participación en el robo. A cambio, el detenido logró una condena en esa misma audiencia de siete años de cárcel. Se tuvo en cuenta como agravante la participación de varias personas en el asalto y el uso de armas de fuego además de que el condenado era reincidente. Había participado de otra rapiña en 2009, y por otro hecho había sido procesado por hurto especialmente agravado.

El abogado del ahora condenado, Pablo Casas, dijo que debió llegar a un acuerdo con la Fiscalía porque la prueba contra su cliente era «contundente», pero reconoció estar «muy conforme» porque de no haberse negociado una pena menor podría haber sido condenado a entre 14 y 15 años de penitenciaria.

Durante la audiencia, el fiscal del caso, Ricardo Lackner, señaló que entre las pruebas utilizadas contra el delincuente está el ADN hallado en la sangre que dejó en el lugar del robo, luego de que recibiera un disparo en la pierna y otro en su mano derecha de parte de uno de los guardias de seguridad que custodiaban el blindado. Además, en la camioneta robada en la que huyeron -y que luego prendieron fuego-, la policía también logró recabar muestras genéticas que lo colocaban como uno de los delincuentes que participó del asalto.
Al momento de su detención, se le incautaron $12 mil y U$S 202.

La Fiscalía indaga además a un médico, que fue quien le prestó asistencia al delincuente tras el robo. Es que según informó el Ministerio del Interior, el profesional no informó sobre las heridas de bala que tenía su paciente, algo que está obligado a hacer.

Según detalló el abogado del ahora condenado, el médico atendió al delincuente en su casa, sin saber que aquellas heridas habían sido producto de un tiroteo en el marco de una rapiña. Asimismo, Casas dijo que el doctor no denunció la situación porque consideró que «no era importante», a pesar de que el paciente registraba una herida de bala en una de sus piernas, y dos lesiones más provocadas por casquillos de bala en su mano derecha.

Observador